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Sarah Palin. / AFP
LA CARRERA HACIA LA CASA BLANCA

Las prácticas de Sarah Palin

La 'número dos' republicana cubre su escasa experiencia internacional con entrevistas con dirigentes mundiales

Z. B.
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Sarah Palin está de prácticas. Las necesitaba. Ella misma reconoce sus escasos conocimientos de política exterior y por ello estos días ha recibido un cursillo acelerado. A la vera del foro más internacional, la Asamblea Nacional de Naciones Unidas que ha tenido lugar en Nueva York. Allí una apretada agenda le ha permitido entrevistarse con diferentes líderes mundiales, a ella que nunca había hablado con un estadista y que incluso no se sacó el pasaporte hasta el año pasado.

Sabía algo de Rusia porque es vecina de Alaska y por eso pudo afirmar con garantías en una entrevista con la cadena de televisión ABC que quizás habría que declarar la guerra a Moscú tras la invasión de Georgia. Otros países quizá se libren de su diplomacia porque todavía no los conoce. Pero promete ponerse al día.

Sus clases contaron con profesores como los presidentes de Colombia, Afganistán, Pakistán, Georgia, Ucrania y hasta Irak. Con Álvaro Uribe tenía previsto hablar del Tratado de Libre Comercio y del narcotráfico pero acabaron dialogando de sus respectivos hijos. Hamed Karzai debía ilustrarla sobre los talibanes aunque Mirwais (Luz de la casa), el último bebé del mandatario asiático, se convirtió en centro de las conversaciones. «Es una mujer muy capaz que me ha hecho muy buenas preguntas sobre mi país», manifestó Karzai.

Han sido dos días intensos, productivos, que culminaron con un encuentro con el ex secretario de Estado Henry Kissinger. El gurú republicano le aportó sus 85 años de experiencia y su galardón de Nobel de la Paz tras varias legislaturas al servicio de la Administración estadounidense. El considerado uno de los diplomáticos más importantes del siglo XX sin duda le aleccionó sobre de las dictaduras de Chile, Argentina o Paraguay, del régimen de Somoza, de la contra nicaragüense...

Y para aligerar llegó Bono. No cantó, pero el líder de U2 aportó el toque de compromiso humanitario al intensivo que Palin recibió en 30 horas, durante las que corrió de cita en cita por Manhattan rodeada de escoltas del servicio secreto y una corte de motoristas de la Policía neoyorquina. Ataviada de diferentes trajes de falda y chaqueta, con sus gafas retro y el moño que se ha convertido en su imagen de marca, la gobernadora de Alaska se ha sumergido de lleno en la arena internacional, siempre con la asistencia de Randy Scheunemann, el ángel de la guarda del Partido Republicano que la protegerá hasta la cita con las urnas del 4 de noviembre.

Lejos de la prensa

No tuvo ni un minuto para atender a la prensa. Sigue en su dinámica de huir de ella, sin dar una rueda de presa. Sus asesores se han encargado de alejarla de periodistas con ganas de hacer preguntas comprometidas.

La candidata a la vicepresidencia, no obstante, no rehuyó los flashes. «Ahora lo que importa es la fotografía», aseguran desde la dirección de la campaña y, sobre todo, evitar todo lo que pueda restar votos.

De lo que se trata es de sumar y, si es posible, robárselos a su rival. Para ello tenía previsto acompañar a Hillary Clinton en una manifestación convocada en la Gran Manzana para denuncia el programa nuclear de Mammoud Ahmadineyad en Irán. El bis a bis podría atraer hacia el bando republicano a alguno de los seguidores de la ex primera dama. Obama lo prohibió.