El paraíso de los melómanos

Gran revuelo en el Conservatorio de Música de Jerez. Acaba de iniciarse el curso y los alumnos buscan aulas, horarios y profesores. Un chico pregunta en el mostrador si puede cambiar la hora de instrumento porque saldría a las diez de la noche de clase. Otros se saludan tras el largo periodo vacacional. En definitiva todos buscan algo.

Los instrumentos es otra cosa. En la calle Santa Rosa está El Calderón, y Esperanza Pérez intenta atender a algunos padres neófitos en materia musical. «Tenemos todo el material necesario para los chicos que estudian en el Conservatorio o en la Escuela de Música», comenta Esperanza. Y prosigue diciendo que «estos son los días en los que nos preocupamos por adquirir los instrumentos o el material de estudio necesario para cada curso. Así que es la temporada de más trabajo».

Métodos, partituras o libros de texto son algunos de los artículos que en estos días se agolpan en las estanterías de El Calderón. Una señora se ha quedado sorprendida por el precio de una trompeta. Esperanza le asesora y explica. Le comenta que «un instrumento es algo delicado y que lleva un proceso de construcción bastante complejo. Todo esto encarece, quizá, el producto».

«Pero un buen instrumento, bien cuidado, puede durar bastantes años en manos del alumno». Las gratificaciones son inmensas si verdaderamente el aprendiz siente la música.

De todo

Pianos y guitarras son los grandes protagonistas del escaparate, y una batería que descansa perfectamente montada, esperando a un percusionista que se decida a hacerla sonar.

Esperanza Pérez es músico violinista. La tienda recientemente abierta ha sido uno de sus sueños cumplidos. Hecha realidad su interés por seguir ligada a la música, ahora toca atender a todos los que llegan esperando una solución.