FOTO FIJA. Los servicios suponen ya casi la mitad de la economía gaditana. / ANTONIO VÁZQUEZ
Ciudadanos

El sector se consolida como el motor económico de la provincia

Los servicios, que incluyen al turismo y a la hostelería, ya aportan el 50% de la riqueza de la economía gaditana

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Lo decían las antiguas Ciencias Sociales (hoy Conocimiento del Medio, una vez mezcladas con las Naturales): la economía se divide en sector primario (agricultura y pesca), secundario (industria y construcción) y terciario (servicios). De la suma de todos nace el tantas veces mencionado Producto Interior Bruto (PIB). España, y Cádiz muy particularmente, siempre han sido muy dependientes del tercer escalón que, a su vez, incluye el turismo, la hostelería y la Administración Pública; tanto, que alrededor del 65% de la economía nacional depende de esta pata de la macroeconomía.

Si a la ecuación se le retira la aportación pública, los servicios privados componen el 48% de la producción total de la capacidad gaditana, por lo que uno de cada dos euros de la riqueza provincial viene de este sector, según cifras de la Fundación de las Cajas de Ahorro. El peso exclusivo del turismo al PIB se desconoce a un nivel de provincias, si bien en Andalucía acapara ya el 12%, unos dos puntos mayor que un decenio atrás, en cálculos de la Junta de Andalucía.

¿Y esto ha sido así siempre? Los análisis de Funcas desde el año 2000 corroboran que los servicios siempre han engrasado el motor de la economía gaditana, aunque en seis años ha ganado más importancia si cabe. Hace ocho años acaparaba el 47,1% de la producción; hoy día, se acerca al 50%. El aumento tiene mérito porque en el mismo periodo se ha vivido un deterioro notable del sector primario (tanto de la agricultura como de la pesca, que apenas suman el 4% global) y una cara y una cruz en el secundario (con más del 20% del conjunto final): mientras que la construcción casi ha duplicado su aportación a la economía en los primeros años del siglo XXI, la industria ha perdido puntos y ya sólo se sitúa por encima del 10% con mucho esfuerzo. El ladrillo, encaramado al boom inmobiliario, es casi tan fuerte como la industria y los datos reflejan que todo su poder se lo ha quitado a ésta en muy poco tiempo. Habrá que ver la evolución de estos datos tras la crisis.

Mientras tanto, el turismo ha crecido tanto que también ha logrado compensar en la balanza de los servicios el empuje constructor e incluso mejorar su posición final respecto a la que ostentaba en el año 2000.