ANÁLISIS

Quien mire al futuro no puede vivir en el pasado

Decía un filósofo que cualquier tiempo pasado fue mejor. Varios años después, un alumno de los muchos que acudían a sus largas charlas, dejó escrito que «quien mire al futuro, no puede vivir anclado al pasado». En los últimos tiempos lo recuerdo mucho, sobre todo cuando oigo las declaraciones de algunos de los responsables del sector turístico. Siguen empeñados en que lo más preocupante en estos momentos es el día de hoy, mañana ya veremos, puede que llueva o que tengamos un magnifico sol, está por ver, sacaremos el paraguas o la tumbona. No hay problemas Como prueba un botó. Hace escasas semanas, después de una reunión de empresarios hoteleros andaluces, fui a saludar a una distinguida señora y comentando la reunión, me dice. «Antonio, he oído lo mismo que hace 20 años oía cuando venía con mi marido». Me dice ahora un amigo de mi amigo, que aunque es grave la situación que no me preocupe, que este país está en el camino de la mejora de la productividad, lo que permitirá un abaratamiento en costes de producción y con ello una reducción de precios, haciéndonos más competitivos. Que el sector empresarial esta preparado y reacciona con rapidez. No sé si este amigo está atacado por la locura, si le ha dado un subidón a la vuelta de la vacaciones y opto por desarrollar lo que me queda de reflexivo.

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Todos sabemos , lo hemos oído una y mil veces, que el objetivo es la productividad, que junto con la temporalidad en el empleo continúan siendo las grandes asignaturas pendientes de nuestro sector. Entonces recuerdo un reciente informe de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), y que nos coloca en el furgón de cola de la productividad entre todos los países que integran dicha organización. No veo muy claro lo que me dice el amigo de mi amigo: si sabemos lo que queremos y no lo realizamos ¿estaremos locos? Tengo mis dudas de que podamos capear la situación económica en la que nos encontramos, sobre todo al comprobar que después de haber protagonizado en la última década tasas de crecimiento (no de productividad) superiores a la media, seguimos creyendo que la solución está cerca y que todo seguirá igual en el futuro.

Veamos otra muestra, la tasa media anual de crecimiento acumulativa de las pernoctaciones en hoteles de cuatro y cinco estrellas en lo últimos diez años en la provincia de Cádiz han sido del 16,53%. ¿En cuanto hemos mejorado la productividad? ¿De donde nos surgirá el problema en el futuro?, ¿del cambio climático?, ¿de no saber adecuarnos a una nueva situación de cambio estructural?, ¿de los nuevos modelos turísticos? ¿o por el contrario todo se solucionará por el esperado cambio de coyuntura?. No sé ya a quien creer. Al final lo que dice uno de mi pueblo. Solo creo en Dios y en el bicarbonato, y a veces ni en el bicarbonato.