Un mal compañero
Bastante más peligroso que un tonto con una tiza, incluso que un mono con una navaja de afeitar, es un loco con una pistola.
Actualizado:¿Cuántas armas hay en Estados Unidos? Ni siquiera a los llamados Amigos del Rifle les ha dado tiempo a contarlas, a pesar de su intimidad, pero se desmiente eso que se dice en las novelas policíacas de que todo el que tiene un arma acaba usándola. Si fuese cierto no quedaría nadie vivo para discutir si vota al viejo héroe o al joven negro. En Norteamérica se ven tantas armas en los escaparates como aquí zapatos. Desde una mentalidad irreparablemente española me asombraba esa exhibición. Se conoce que allí creen que familia que mata unida permanece unida. Al comentarlo, me dijeron que eso pertenece al ampliable territorio de la libertad y me dijeron que el que mata ya sabe lo que le espera.No me atreví a decirles a mis efímeros amigos que el que no sabe lo que le espera es el muerto.
Cualquier sociedad segrega un número considerable de locos peligrosos, linaje que jamás debe ser confundido con el de los majaras. La imitación de los modos del imperio ha extendido estos asesinaos colectivos. Una cosa es mascar chicle, beber Coca Cola, fumar Winston y vestir pantalones vaqueros, y otra disparar contra los compañeros de clase, pero ya se sabe que el plagio no tiene fronteras. El joven de 22 años que ha asesinado a tiros en Finlandia a diez alumnos, antes de asesinarse el, era un chico normal. Un estudiante aventajado y algo tímido. El hecho de que pasara muchas horas ante el ordenador no le convierte a él en sospechoso, ni al ordenador en cómplice, pero desmiente la tesis de Kafka de que casi todas las locuras provienen de un exceso de introspección, o sea, de darle demasiadas vueltas a las cosas.Provienen de que exista un exceso de pistolas y muy pocos debates sobre la venta de armas.