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Un militar estudioso y de vocación
Luis Conde de la Cruz era un militar estudioso y diligente, de los que día a día intentan mejorar con lo que hacen. Nacido en 1963 en la pedanía segoviana de Pinilla Ambroz, de apenas 70 habitantes, ingresó en el Ejército a los 18 años como uno más de los millares de reclutas de reemplazo forzoso que cada año eran llamados a hacer el servicio militar.
Actualizado: GuardarPor su vocación y espíritu de sacrificio, Luis Conde pronto destacó entre sus compañeros de quinta, tanto que un año después, en 1982, logró superar los exámenes de ingreso a la Academia General Básica de Suboficiales (AGBS) de Lérida. Tras un año de formación primaria en Cataluña, regresó a Segovia para realizar el curso 1983-84 en la Academia de Artillería, donde recibió la instrucción específica de su arma. Después de otro año en prácticas, en 1984-85, completó su período formativo y consiguió el empleo de sargento. «En aquellos años eso era como sacar una oposición, y no daban muchas facilidades. Este hombre tuvo que clavar mucho los codos», resumió un compañero suyo de armas. Su primer destino fue el Regimiento de Artillería Lanzacohetes de Astorga, y de allí pasó a la Academia de Artillería, de la que ya nunca se desvincularía salvo durante un corto período en el que sirvió en el Centro de Mantenimiento de Sistemas Acorazados de Segovia. A su regreso a la Academia de Artillería fue destinado en la Jefatura de Doctrina, donde en julio de 2000 fue ascendido al empleo de brigada y sirvió hasta su asesinato.
Además de por su valía profesional, Conde era muy querido en la academia por su disposición a participar en toda clase de actividades, sobre todo en las clases de baile, a las que era asiduo. En sus más de dos décadas de servicio en la academia, Conde no abandonó el estudio y realizó varios cursos para suboficiales. Contaba entre sus condecoraciones con la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, que recibió en 2001, y la Encomienda de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, que le fue otorgada en 2006.
Su único hijo, Iván, que horas después de su asesinato lo definió como «una buena persona», ha seguido sus pasos y es sargento alumno del segundo curso de la escala de suboficiales en la Academia de Artillería segoviana.