SOLIDARIDAD. Los vecinos de Manuela la ayudan con las compras. / CRISTÓBAL
Jerez

«He llorado mucho porque me he sentido muy defraudada»

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anuela tiene 74 años y asegura que lleva dos llorando. Con depresión y un cúmulo de enfermedades propias de la edad, mira al futuro con la esperanza de que algún día le den el pisito para el que se puso ahorrar hace ya demasiado tiempo. Sola y con ayuda de sus vecinos hace lo que puede para que su casa esté siempre limpia y recogida. «Cuando me hace falta algo, suelen ser mis vecinos los que me traen las compras de la calle para que yo no tengan que bajar las escaleras de las tres plantas del bloque en el que vivo. Salgo a lo calle muy poco, cuando voy al médico o a ver a mi hija que vive cerquita, pero cada vez me cuesta más. Tengo las manos y los pies hinchados», cuenta Manuela. «Para subir al baño, a la planta de arriba del dúplex, me pongo a gatas y así poco a poco voy escalón a escalón. Para bajar es más complicado, me agarro todo lo que puedo y hecho mucho tiempo para no caerme», explica mientras señala la estrecha escalera de su casa. «Yo lo único que quiero es que nos nos engañen más, que nos hagan nuestros pisos para poder dejar de pasar tantas fatiguitas».