
Los errores infantiles condenan a un San Fernando batallador
Dos fallos de Raúl Iglesias en el inicio del duelo dejaron en clara ventaja al Betis B El equipo isleño no concretó sus ocasiones en su primera derrota de la temporada
Actualizado: GuardarGris y encapotado, como el cielo de Sevilla. Mala mañana la que tuvo Raúl Iglesias. Nunca se le vio tan desacertado. Dos errores infantiles suyos sentenciaron a un San Fernando que volvió a dar una lección de entereza y buen fútbol pero que no tuvo la fortuna de cara. Podría preguntársele uno por uno a los más de 300 aficionados que se desplazaron hasta la capital heliopolitana. Pocos contestarían que se marcharon decepcionados. El equipo de Antonio Iriondo se lleva su primer tirón de orejas de la temporada que debe servirle para mejorar en ciertos aspectos. No obstante, si se mantiene al nivel con el que ha arrancado, no debe pasar más apuros de los normales para salvar la categoría.
En la primera jugada del partido, Casares se queda sólo delante de su ex compañero en el Arcos, René, pero resbala lo suficiente para que se le eche encima la defensa y no pudo rematar en condiciones. En la siguiente jugada llegaría el primero de los béticos. Diego Segura se aprovecha de la indecisión de Raúl Iglesias y, jugándose el tipo, llega antes que el vasco a la salida y cabecea dentro de la red. Pese al mazazo, el cuadro visitante seguía arriesgando con una defensa muy adelantada, provocando continuamente que su rival cayera en fuera de juego.
Pero todavía no había terminado de creerse el equipo lo que había pasado cuando, de idéntica manera, le caía el 2 a 0. Raúl Iglesias recibía el balón en el área pequeña y, agobiado por la presión de Carreño, se enredó en una serie de regates que acabó con un pase en corto ¿al delantero del equipo contrario! Ni el propio Diego Segura, autor del doblete, daba crédito a lo que estaba pasando. Pero, lejos de amilanarse, el San Fernando se lanzó a por el empate.
Marco, ingenioso
El centrocampista isleño Marco debio recordar sus mejores tiempos en el filial sevillista. Vestido de rojo pasión y ante el Betis, completó un partido sensacional. Pasado el cuarto de hora, un disparo suyo estuvo a punto de sorprender a René. Canito también lo intentó al minuto siguiente con idéntico resultado. Eran los mejores minutos del equipo. Puli, poco después, se sacaba un derechazo que el guardameta de El Bosque tuvo que detener en dos tiempos.
Marco, de nuevo, rozó el palo tres minutos más tarde, ya que Antonio Iriondo había ordenado a los suyos lanzarse con todos sus argumentos en pos de acortar distancias antes del descanso. Esto originó alguna que otra escaramuza en el área del Betis B, como la que acabó en el 2-1, fruto de un balón colgado por Iván Guerrero que Puli aprovechó para mandar al fondo de las mallas en el 30, con la involuntaria colaboración de Cañas.
Mal en la estrategia
A partir de ahí, los anfitriones volvieron a equilibrar un poco la balanza, mientras que su oponente, cansado por el esfuerzo, prefirió guardar fuerzas para la reanudación y asegurar su portería en la recta final de un primer tiempo entretenido y con muchas ocasiones de gol. No le iba a salir bien la estrategia a la escuadra gaditana, ya que, a un minuto para el descanso, la enésima diablura de Diego Segura terminó en un pase de la muerte que Selu, en su intento por despejar, alojó en su propia portería ante la atónita mirada de Raúl Iglesias. ¿Otra vez no, por favor!
En la reanudación, el San Fernando salió a por todas, consciente de que tenía mucho trabajo por delante y poco tiempo para realizarlo. Puli y Javi Casares lo intentaron en el arranque de esta fase, aunque el punto de mira seguía algo desviado. En el 55, el primero estuvo mucho más cerca, aunque su disparo se estrelló en el palo, despejando después Zamora. Tres minutos más tarde, el mismo protagonista aprovechó una pérdida de balón de Cañas para intentarlo de nuevo, aunque en esta ocasión su lanzamiento se estrelló en el lateral de la red.
En el 69, la parroquia heliopolitana reclamó un posible penalti por derribo a Carreño, aunque el colegiado no vio nada punible. El utrerano trató de rehacerse en el siguiente contragolpe, pero lanzó fuera.
Más físico
El Betis B, en estos momentos, empezaba a imponer su mejor condición física, ya que hacía mucho daño entrando en velocidad por las bandas, de tal forma que perdonaba la goleada a un cuadro azulino cada vez más dependiente de las acciones aisladas y a balón parado. A seis del final, de hecho, Marco volvió a rozar la escuadra con un disparo lejano, pero el filial hispalense manejaba con oficio la situación. Tanto fue el cántaro a la fuente que, en el 85, los locales sentenciaban definitivamente la contienda con una espectacular contra conducida por Rubén Rivera, que se fue de varios rivales para ponerla en bandeja a un Rodri que no perdonó a bocajarro.
Con todo, René evitó con la yema de los dedos que Puli hiciera el doblete cuando se cumplía el tiempo reglamentario, aunque ya no hubo espacio para más.
Al final, el resultado fue mucho más abultado de lo que se vio en el campo por parte de uno y otro equipo. Los isleños encajaron una derrota fraguada en el desafortunado comienzo, pero el equipo luchó hasta el final y ofreció fases de buen juego. Si la fortuna hubiese sonreído, quien sabe cómo habría sido la cosa. Ahora sólo queda pasar página lo antes posible porque apenas restan dos días para el partido más esperado por parte de la parroquia azulina. El Cádiz espera y, esta vez, habrá que estar más espabilado.