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ESPAÑA

Rajoy acusa a Zapatero de multiplicar los problemas por su «soberbia e inacción»

El líder del PP pide al Gobierno y al fiscal general que expliquen por qué retrasaron la petición de ilegalización de ANV y el PCTV Insta a los militantes a trabajar más para ganar respaldo electoral

M. M.
Actualizado:

Mariano Rajoy acusó a José Luis Rodríguez Zapatero de «multiplicar los problemas» de la crisis económica por su «soberbia» e «inacción». El líder de la oposición insistió en que se puede combatir la recesión siempre que haya «ideas, coraje, valentía y determinación», y se tomen una serie de medidas que permitan controlar el gasto público y ayudar a las familias y las pequeñas empresas.

El presidente del PP intervino ayer en la sesión de clausura del congreso de los populares madrileños y felicitó a Esperanza Aguirre, reelegida el viernes presidenta de la organización regional con el 96,34% de los votos, «porque ha liderado un partido que ha cumplido sobradamente y ha estado a la altura de las circunstancias». Ni una palabra sobre las discrepancias que les enfrentaron en los meses posteriores a las elecciones generales por el liderazgo del PP y sólo un consejo para el futuro: «No nos quedemos acomodados en el regocijo. Hay que seguir trabajando cerca de los ciudadanos y con humildad».

Rajoy prefirió obviar las disputas internas y centrar todas las críticas en el presidente del Gobierno con la coyuntura económica como argumento central. Sostuvo que la situación en España es peor que la de otros países europeos, como Francia o Alemania, porque aquí hay una «crisis de confianza» que repercute en los ciudadanos y en los pequeños empresarios, que tienen dificultades para acceder a créditos y ven «nada claro» el futuro.

«Los gobiernos están obligados a dar respuestas, pero el de España no lo hace. Se niega a sí mismo, elude su responsabilidad y las cosas no se arreglan solas», se quejó Rajoy, que remarcó, en un aviso a Rodríguez Zapatero, que «la soberbia y la inacción no conducen a nada salvo a multiplicar los problemas». En respuesta también a los dirigentes socialistas, que le acusan de derrotismo y de no favorecer con esa actitud la recuperación de la economía, el líder opositor subrayó su confianza en la sociedad española, «que ha demostrado estar a la altura de las circunstancias», y en los ciudadanos y trabajadores «que están dispuestos a dar la batalla del progreso».

«Pero hay que hacer cosas -insistió-. Hay que gobernar, tomar decisiones, y no mirar hacia otro lado y echar la culpa afuera».

Como ejemplo, recordó al Gobierno de José María Aznar en la crisis de 1996 y reafirmó que se puede hacer frente a la crisis con un mayor control del gasto público, la reducción de impuestos a las pymes y a las personas que tienen créditos hipotecarios, el fomento de la competencia y la eliminación de trabas burocráticas a los emprendedores.

En su discurso ante los populares madrileños, Rajoy rescató la política antiterrorista como ariete contra el Gobierno aunque prometió que «el PP estará a la altura y si el Gobierno entra en la senda del sentido común y apuesta por la derrota de ETA, el primer apoyo que tendrá será del PP». Pero criticó la tardanza del Ejecutivo en reclamar a los tribunales la ilegalización de ANV y del PCTV «que nosotros pedimos hace años con un sinfín de argumentos y nos dijeron de todo», y sostuvo que la disolución de ambas formaciones decretada ahora por el Supremo «deja en evidencia y al desnudo a quienes no actuaron» en su día.

Por ello, exigió explicaciones al fiscal general del Estado y al Ministerio de Justicia «de porqué se tomó entonces una decisión lesiva para los españoles» y aunque lamentó que «parte del daño ya está hecho» dio la bienvenida a lo que él líder opositor interpreta como una «rectificación».

Rajoy destacó también ante sus militantes que desde la oposición «se puede aportar y construir» y aseguró que el PP seguirá proponiendo alternativas para superar la crisis económica, así como para mejorar otras áreas que estimó prioritarias, como el funcionamiento de la Justicia, la familia, la educación o la política social. «Dejemos en paz el pasado y la muerte -dijo en alusión a la Memoria Histórica y a la polémica sobre la investigación penal de la Guerra Civil-. Hablemos de niños, de jóvenes, de personas, de cosas importantes».

Su último mensaje fue para insuflar entusiasmo a los populares, a quienes animó a estar «orgullosos de ser del PP», un partido que calificó dos veces de «extraordinario» y del que alabó especialmente la gente que no tiene cargos pero que «da la batalla» de forma anónima.

A todos, cuadros y militantes, exhortó a «trabajar para ser mejor», a hacer compatible la crítica y la alternativa, porque así, dijo, el partido opositor «ganará confianza» y un mayor respaldo electoral.