GOLEADOR. Pongolle, en la jugada que supuso el tercer gol del Atlético de Madrid. / EFE
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El Atlético de Madrid se abona al 4-0 con otra exhibición ante el Recreativo

Kun Aguero desequilibra al Recreativo de Huelva, el readmitido Maniche sentencia y Sinama Pngolle le apuntilla con un Vicente Calderón enloquecido.

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Pese a la reciente pifia de Pucela, tiene muy buena pinta este Atlético. Disfruta del 'Kun', ha recuperado para la causa a Maniche, ha ganado en consistencia defensiva y al fin ha encontrado la mejor versión de Simao. Pero, sobre todo, juega con alegría, cree en lo que hace y tiene a su afición entregada, enloquecida, dispuesta a cantar el himno y hacer la ola a la mínima ocasión.

Con pegada y suficiencia, este equipo se abona al 4-0 en casa, resultado cosechado ante el Schalke, frente al Málaga y ante un Recreativo sin mordiente. Y el banquillo funciona. Sin Forlán, salió Sinama y le endosó dos a sus ex.

Un error infantil de los onubenses permitió al Atlético encarrilar el duelo enseguida. Primero, el Kun fue objeto de una falta innecesaria junto a la banda y después el propio Agüero cabeceó a placer el medido centro de Simao. Una vez más, el joven delantero argentino, por cuyos huesitos comienzan a pirrarse grandes de Europa, marcaba diferencias. Él se lo guisaba y él se lo comía. En otra acción aislada, volvió a robarle la cartera a toda la zaga y batir de testarazo bombeado a Riesgo, pero la jugada fue anulada por una supuesta infracción previa de Sinama.

Dominaban con claridad los madrileños pero el duelo no tenía chicha. Faltaba ritmo, tensión competitiva. Quizá porque el Atlético acusaba la resaca de la 'Champions' y, sobre todo, porque los andaluces no estaban dispuestos a arriesgar mientras la desventaja fuera mínima. Llegaron poco los de Zambrano a los dominios de Coupet y cuando lo hicieron el veterano portero francés anduvo listo y atento para adelantarse al remate final.

Gran segunda parte

El exiguo 1-0 al descanso, dejaba abierto el duelo. Lo entendió Zambrano y ordenó a su tropa que avanzara hacia las filas enemigas. En tres minutos de la reanudación, tres saques de esquina. Pero ni un disparo. El Atlético, encantado de poder contragolpear, sí que era letal. Sobre todo a balón parado. Así llegó un mal despeje y el certero derechazo raso de Maniche, un clásico en este remates.

Con todo decidido, Aguirre insistía en las rotaciones y daba descanso a Simao, espléndido en este inicio de curso, Agüero y Maniche, villano meses atrás y héroe ahora por accidente, porque nadie le quiso comprar en verano. Cosas del fútbol, que todavía dejó dos dianas no celebradas por Sinama, tras preciosos pases de Cuevas y Luis García, un golpetazo milagrosamente sin consecuencias sufrido por Luis García en la cabeza y el estreno liguero de Banega. El Recre acabó con cinco delanteros pero sin munición.