DOLOR. Sepelio del niño fallecido en Jédula. / A. R.
Sierra

Cientos de vecinos asisten al entierro del niño que murió al caerle un bidón de agua

Cientos de personas asistieron ayer en Jédula al entierro de José Manuel Ortega Muñoz, el niño de cuatro años que falleció en la Colada del Guijo, una zona dentro de la pedanía arcense de la Junta de los Ríos, al precipitarse sobre él un bidón de agua que se encontraba en un remolque mientras jugaba con otros pequeños.

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El sepelio del pequeño tuvo lugar en la Iglesia de San Isidro de Jédula, a las 19.30 horas, justo 24 horas después de su muerte. Su familia se encontraba destrozada. Su madre, padre y demás familiares tuvieron que entrar en la iglesia apoyados por familiares y amigos porque apenas podían mantenerse en pie.

La pequeña parroquia de barrio se llenó de allegados que querían estar presentes en el último adiós al niño. La plaza que se encuentra junto a la iglesia también se encontraba repleta de vecinos que querían acompañar a la familia.

Una dotación de psicólogos de la Cruz Roja estuvo, desde pocas horas después del suceso, atendiendo a los familiares más directos de José Manuel. La organización humanitaria ha montado un dispositivo especial de unas 12 personas que prestaron atención a un gran número de familiares que precisaron de asistencia sanitaria, fundamentalmente por el estado de nervios en el que se encontraban y el cansancio provocado por los traslados de las últimas horas. Tras la misa en Jédula, el cuerpo del pequeño fue trasladado al cementerio de San Miguel de la localidad arcense, donde recibió sepultura.

La Guardia Civil ha iniciado una investigación, a través de la Policía Judicial, para esclarecer las circunstancias en la que se ha producido el suceso.