«El campo nos permite salir adelante aunque ganemos menos»
Manuel Peña Amarillo es un arcense, de 45 años, que trabajaba de albañil en la construcción hasta que «hace casi un año mi empresa terminó la obra en la que estaba trabajando y a partir de ahí me tuve que despedir de los ladrillos». Asegura que por mucho trabajo que ha buscado «el problema es que no lo hay por ningún sitio, ni aquí, ni en la costa...», asegurando que «basta con darse una vuelta por la Costa del Sol y ves que hay obras casi terminadas que están paradas». Dice que ese problema no es único del litoral malagueño sino que «es común en todos sitios, incluso aquí en Arcos, donde las obras están paradas».
Actualizado:Este trabajador arcense tomó la determinación, prácticamente desde que se quedó parado, de que «tengo que aceptar lo que venga porque mi casa tiene que salir adelante». Por ello, ha estado haciendo la campaña de la vendimia de Jerez, a pesar de que ello supone que ha tenido que conformarse con ganar 42 euros por día, frente a los 90 euros que estaba acostumbrado a ganar en la construcción.
Mientras ha durado su trabajo en la viña asegura que «la mayoría de la gente que estaba allí, el 80%, eran mujeres, pero ya se nota que más hombres estamos volviendo a lo que teníamos hace diez o doce años». Mantiene la esperanza de que, en los próximos años, la construcción se recupere un poco porque «aunque es cierto que no puede mantenerse al nivel en el que estaba, también es verdad que ahora está muy parado». La bajada de salario entiende que es otro de los problemas que tienen los trabajadores que están teniendo que volver al campo al quedarse sin trabajo en la construcción. «Es duro acostumbrarte a ganar 2.000 euros, e incluso algunos mucho más, y conformarte ahora con poco más de la mitad, que es lo que te pagan en el campo», asegura. Algo que se complica más para «las pobres criaturas que se han echado encima una hipoteca de 1.000 euros al mes y que ahora no saben cómo van a pagarla», añadiendo que la mejor prueba de ello son «los numerosos carteles de Se Vende que se encuentran en las casas, a pesar de que el mercado está parado y no se compra, por lo que los bancos terminarán quitando muchas viviendas».
Además, Peña asegura que «mucha gente de la construcción, por la experiencia que yo tengo, han gastado ostentosamente todo el dinero que han ganado, por lo que en una situación como esta, que pensaban que nunca llegaría, lo están incluso pasando mal». Eso entiende que hace que «paguemos justos por pecadores y la gente considera que todos hemos despilfarrados y que este ajuste nos vienen bien», sin tener en cuenta de que «somos trabajadores que nos enfrentamos a un problema grave porque no tenemos trabajo en lo nuestro y además no existen alternativas».