La invitación
El insistente candidato Rajoy ha montado su mesa de diálogo social, pero antes ha montado la mesa para desayunar en Génova, junto a empresarios y sindicatos. A todo el mundo le gusta desayunar, pero algunos deploran que suceda a tan tempranas horas.
Actualizado:Si los desayunos de trabajo se programaran más cerca de la hora del aperitivo tendrían un éxito de público aún mayor y las oficinas de protocolo recibirían menos cartas de disculpa diciendo eso de que «lamentándolo mucho, me es imposible asistir por un compromiso posteriormente adquirido».
La digestión es un tiempo propicio para el acuerdo. Y si no es muy laboriosa, aún más. Hubiera sido un error por parte de Rajoy invitar a los empresarios y a los representantes sindicales a un almuerzo, ya que los almuerzos a lo que propician es a la siesta.
Nadie debe explicar su fórmula secreta para atenuar la crisis económica después de una comida abundante, entre otras cosas porque también lo escuchan los camareros.
Coincide el alentador ágape de Génova con la crisis que ha puesto al cuarto banco de inversión del mundo a la cuarta pregunta.
Si quiebra el Lehman Brothers habrá muchos suicidios, asistidos o por libre, en Wall Street. Está comprobado estadísticamente que hay más personas capaces de sobreponerse a la pérdida de un ser querido que a la pérdida de su dinero. No es que lo quiera más, sino que todo ser humano ha temido en algún momento por la vida de las personas que ama y, en cambio, todos los financieros creen que su entidad bancaria es inmortal.
La receta de Mariano Rajoy se divulgará pasado mañana jueves. Tenemos tiempo para corregir nuestra economía. Según María Dolores de Cospedal, el candidato del PP en el año 2012 será, de nuevo, el señor Rajoy, aunque esté algo más viejo.