
Pakistán repele a tiros a helicópteros de EE UU que pretendían cruzar su frontera
Islamabad impedirá toda actuación militar desde Afganistán
Actualizado: GuardarPakistán recupera su orgullo. Caído Pervez Musharraf, el más fiel de los vasallos estadounidenses, las nuevas autoridades de Islamabad no parecen estar dispuestas a que el país sea dirigido desde Washington. El nuevo presidente, Asif Alí Zardari, dejó claro al tomar posesión del cargo que «la soberanía y la integridad nacional serían defendidas hasta el final» y que no permitiría que ninguna fuerza extranjera lanzara operaciones militares en su territorio.
Lo dijo el pasado día 9 en referencia a una incursión terrestre llevada a cabo desde Afganistán por tropas especiales del Pentágono una semana antes en Waziristán del Norte, con un balance de quince civiles muertos. El día 12, un avión espía estadounidense disparó sus misiles contra dos edificios de una aldea de la misma región y mató al menos a doce personas, cinco de ellas mujeres, niños y ancianos. Era la quinta incursión en Pakistán en las últimas dos semanas. Ésa fue la gota que colmó el vaso de la paciencia.
Inmediatamente, el Gobierno de Pakistán dio órdenes a su Ejército de «responder en caso de que se produzcan nuevas agresiones unilaterales desde Afganistán. El permiso de la OTAN acaba en la frontera», según un portavoz militar paquistaní. Los soldados ejecutaron el mandato en la madrugada del lunes. Dos helicópteros norteamericanos desplegados en Afganistán intentaron penetrar en territorio del país vecino pero tuvieron que dar marcha atrás al tras recibir disparos de los soldados paquistaníes y de algunos miembros de las tribus locales.
El Pentágono calificó de «falacia» esta información. La tensión se incrementa en Afganistán cuando ya se han cumplido siete años del inicio de la operación 'Libertad Duradera' tras los atentados del 11-S para detener a Osama bin Laden, acabar con Al-Qaida y derrocar al régimen talibán que daba cobijo en este país a los activistas de la organización terrorista.
Los 33.000 hombres -pronto serán 37.500- desplegados en la actualidad por la Casa Blanca se muestran incapaces de cumplir el objetivo. Afganistán puede ser campo de una histórica derrota para George W. Bush. La máquina de guerra muyahidín, talibán o de Al-Qaida para invencible, como ya lo pudo comprobar la Unión Soviética tras diez años de ocupación en los años ochenta.
Los talibanes, además, se ganan cada vez más adeptos entre la población. Ayer, por ejemplo, liberaron a veinticinco miembros de los cuerpos de seguridad que mantenían retenidos desde el 28 de julio.