Gasto superfluo
Actualizado: Guardarl baile de dólares que rodea a la campaña para la presidencia de EE.UU. alcanzó en agosto una cifra récord de recaudación con 66 millones en donaciones privadas para Barack Obama. El dato probablemente no concede al candidato demócrata mayor ventaja que el gesto moral de su renuncia a los fondos públicos dispuestos para la carrera electoral. Pero dado que la liza política bebe en todo el mundo democrático de las tendencias que se establecen en torno a los comicios norteamericanos, el creciente coste de los procesos electorales puede hallar una nueva beta en la experiencia desarrollada por Obama para hacerse beneficiario de muchas donaciones de modesta cuantía. Aunque, allí y aquí, candidatos y partidos han de comprender que una de sus primeras obligaciones sociales es reducir al máximo los gastos electorales.