Cuando asomen las sombras
Cuando todo vaya mal, cuando las nefastas noticias lleguen sin avisar, cuando te mires al espejo antes de dormir y ya sólo veas a un desdichado fantasma. Cuando ya creías que tu vida laboral había tocado fondo y sólo era el principio de un abismo sin fin tan oscuro como el azabache, cuando tus sufridos ojos yazcan secos como pozos sin agua, vacíos de tanto llorar, y tus sábanas sean pañuelos húmedos donde confesar tus penurias. Cuando tu fe prenda de un hilo y la veas tambalearse como un acróbata circense en una cuerda invisible, cuando la depresión sea la única compañía en las noches interminables y oigas a sus demonios susurrantes con sus voces de veneno. Cuando no supiste cómo, cuándo ni dónde fue el inicio de este aciago laberinto que es tu vida y creas que es imposible salir; cuando tu voz se convierta en temblorosa y no puedas pronunciar tres sílabas seguidas sin ningún sentido y tu aliento apeste a whisky barato.
Actualizado: GuardarCuando ya nadie crea en tu arrepentimiento por los múltiples fiascos de tus torpes impulsos, cuando el pecado sea la única salvación de tus promesas incumplidas. Cuando ya sólo desees vivir en sueños, pues detestas la vida que con hastío vives. Cuando sientas que nadie sienta ni padezca como tú y no encuentres oídos que oigan tus desalientos. Cuando el miedo se apodera de tu valor y ya temes andar por la calle, cuando todos y todo te fallen y creas estar solo en medio de una jungla Quizás entonces y sólo entonces, debas pensar que ha llegado el momento de cambiar tu pasión y tu odio pues has tocado el final de un nuevo inicio, un inicio donde el dolor sufrido te hará tan fuerte que hará renacer esperanzas en un mejor mañana.