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SOCIOS. De izquierda a derecha, Gamaza, Pardo, Cabrera y Castellanos. / ÓSCAR CHAMORRO
Ciudadanos

Más allá de los cinco segundos

Cinco jóvenes gaditanos unieron sus habilidades y desarrollaron una empresa dedicada al diseño e impulso de páginas web de alto rendimiento

ÁLEX MEDINA R.
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Uno... dos... tres... cuatro... y cinco... Han pasado cinco segundos, la barrera que marca si un usuario se queda o abandona la página web en la que ha entrado. «Nuestro trabajo consiste en que el cliente se quede más de cinco segundos», resume José Pardo, uno de los cinco jóvenes gaditanos que conforman Inicianet Estudio, una empresa dedicada al desarrollo, mantenimiento y posicionamiento de webs con sede física en la capital pero (como no puede ser de otra forma en la red) con vocación internacional.

La sociedad nació en 2002, en plena efervescencia y pinchazo de la burbuja de internet. A diferencia de otros negocios dedicados al diseño, Inicianet sólo sirve contenidos para internet, prepara y lanza páginas; no dispersa esfuerzos en publicidad lineal o en folletos de papel, «lo que nos da un valor añadido porque eso supone que estamos preparados de una forma particular para este trabajo», señala Alfonso Gamaza, que es el informático del grupo.

Y como si fuera el reparto de una película de aventuras, cada uno de los cinco miembros de la empresa se dedica a una especialidad dentro del estudio. «Y eso nos hace diferentes, porque por mucho que un diseñador sepa de ordenadores, un programador siempre sabrá más que él», indica Marco Antonio Castellanos, uno de los dos socios fundadores junto a Gamaza (Pardo se incorporaría igualmente en los inicios del proyecto).

Especialización y calidad. «Son los dos conceptos que manejamos, porque lo más importante de todo es que el cliente entienda que su página web es la primera imagen que un ciudadano va a tener de su empresa. Y eso supone mucho riesgo en un primer vistazo», sostiene Alfonso Gamaza.

Aunque el riesgo es algo que siempre está agazapado detrás de los comienzos de cualquier negocio. Ninguno de los cinco componentes de Inicianet estudió materias relacionadas con la economía. Y, sin embargo, su forma de darse a conocer podría servir de anexo en un manual de escuela de negocios: emprendieron una campaña de captación de pequeñas y medianas empresas a las que no cobraban el diseño de su página, pero sí el mantenimiento, desarrollo, servicio técnico, etcétera, a lo largo de un año. Los precios variaban según las prestaciones ofrecidas, «aunque trabajamos mucho por muy poco», señala Castellanos. Más de cien compañías lo probaron y a muchas les gustó la experiencia. «Luego, el boca a boca hizo el resto y hemos crecido poco a poco», apunta Antonio Cabrera.

En el camino del crecimiento que han supuesto estos seis años «hemos luchado contra muchos falsos mitos y creencias equivocadas», subraya José Pardo. La más extendida es la del «sobrino que hizo un curso de Internet que me hace la página». Al principio, ésa era la respuesta que gran parte del empresariado tradicional les daba a estos jóvenes.

Pasado el tiempo (el año, como mínimo), «se daban cuenta de que aquello del sobrino no era tan buena idea y volvían a que les hiciéramos una página profesional y que se pareciera a aquella que un compañero tenía y le daba muy buen resultado», subraya Pardo.

Los tiempos cambian, los sobrinos se dedican a lo suyo y las empresas familiares evolucionan. «Últimamente también hemos notado que las nuevas generaciones que toman el mando de los negocios le dan más valor a contar con una fuerte presencia en Internet y en ese camino intentamos situarnos nosotros», resalta Gamaza, justo antes de matizar que la evolución en el sector es constante y «lo que ayer servía puede que tenga que ser completamente revisado... aunque ése es es nuestro trabajo, claro».