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A CADA UNO LO SUYO

Segunda guerra fría

Una de las cosas que el ser humano necesita tener siempre a mano a lo largo de su vida es el miedo. Si en ocasiones algunos individuos parecen librarse de tal esclavitud, no hay excepciones a la regla en el caso de las sociedades: miedo a la guerra, al invierno nuclear, al cáncer, al paro, al Apocalipsis, a las vacas locas, al cambio climático, a las microondas o a la mosca tse-tse; da lo mismo. Los miedos se superponen, se sustituyen unos a otros, duran meses o siglos, y también son, al igual que las modas, cíclicos, pues vuelve con fuerza uno de los más exitosos del siglo XX, uno que, como los pantalones de campana, parecía olvidado para siempre: el miedo a los rusos. Lo cierto es que cuesta entender por qué al caer el Muro la gente empezó a pensar que los malvados imperialistas soviéticos estaban dejando de ser malvados imperialistas soviéticos, cuando lo que sucedía era que un sistema criminal económicamente inviable estaba muriendo, mientras escondía su semilla en espera de tiempos mejores; su semilla, y sus 15.000 cabezas nucleares. Así ahora, tras veinte años de caos, la bestia renace gracias al petróleo: si cuando se habla de países que nadan en petrodólares, algunos imaginan jeques árabes con flotas de Rolls-Royce, yo pienso en Putin diseñando en su dacha el rearme del ejército a golpe de petrorublos. Y si en algún sitio queda petróleo para rato, es en la madre Rusia.

JOSÉ LUIS TORO
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El ruso es un pueblo sufriente, acostumbrado al fracaso, la opresión y la tragedia; alejado de la grandeza que sus dirigentes han conseguido exprimiendo con igual frialdad la sangre de los suyos y la de los extranjeros. Sin embargo, hoy Rusia aspira a ser una potencia sin complejos; con lo peor de la herencia comunista, pero sin su anquilosis, y lo peor del capitalismo, pero sin sus limitaciones democráticas. Sabedores de su poder, y tras el éxito en la guerra contra Georgia con un Medvedev estrenándose a lo grande (jamás agradecerán suficientemente al presidente georgiano la excusa que les dio), los halcones rusos están envalentonados. ¿Quién estará frente a ellos si no contienen su ambición? O bien nadie, en cuyo caso el hambre del monstruo crecerá más cuanto más coma; o bien EE UU y la OTAN, que fue creada exactamente para eso. Porque aunque parezca que Sarah Palin dijo lo que pensó pero no pensó lo que dijo, no dijo nada que no esté firmado por todos y cada uno de los miembros de la OTAN, incluida España.

En Hollywood deben estar frotándose las manos, pues un cielo surcado por misiles SS-20 y Pershing II queda mucho mejor en el celuloide que unos musulmanes fanáticos volando autobuses cargados de niños. Con tanto enemigo invisible, terrorista suicida, y contienda sin frentes verdaderos, ya se echaba de menos algo genuino y tangible. Algo como la guerra fría. WWW.ACADAUNOLOSUYO.BLOGSPOT.COM