MESA REDONDA. Los participantes del debate que tuvo lugar en la redacción de LA VOZ. / ÓSCAR CHAMORRO
Ciudadanos

«Hay que trabajar para conseguir la excelencia en la educación»

LA VOZ organiza un encuentro coloquio con directores de centros públicos y concertados de la Bahía para abordar los nuevos retos en la enseñanza

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La reforma educativa y los nuevos derechos marcará sin duda este curso, que arranca practicando la autocrítica tras el varapalo de los informes Pisa y el de la Ocde, que ponen en evidencia las debilidades del sistema español. El debate sobre la calidad de la enseñanza está encima de la mesa. Padres, profesores y administradores se plantean si los alumnos salen preparados para afrontar el reto de la universidad y si la motivación es la suficiente para que terminen las enseñanzas medias.

Por lo pronto, la Junta ha pisado el acelerador y ha querido tomar las riendas para dignificar el sistema educativo. El primer movimiento ha sido un apoyo a la Educación desde los presupuestos, que han permitido agilizar los nuevos derechos que contempla la Ley de Educación de Andalucía (LEA). LA VOZ ha trasladado el debate sobre la calidad de la enseñanza a las aulas en un coloquio con responsables de centros públicos y concertados de la Bahía al que asistieron los directores del IES Drago, Pedro Luis Vicente y del colegio San Felipe Neri, Javier Anso, ambos de Cádiz y el director del Colegio Servando Camúñez de San Fernando, José Manuel Sixto.

Uno de los principales retos para los próximos años es «trabajar por la excelencia y no quedarnos en una educación de mínimos». La idea partió del director del Instituto Drago, que abrió la mesa redonda, en la que sostuvo que «las administraciones se han preocupado por conseguir unos mínimos de calidad, pero no se promociona lo suficiente a los alumnos más brillantes». El resto de docentes se mostró de acuerdo con este planteamiento y consideraron «fundamental» recuperar la confianza en el papel de la educación.

PLAN DE INCENTIVOS

Un comienzo difícil

Precisamente uno de los compromisos de la Administración fue la dignificación del trabajo del profesorado tal como expuso el propio delegado del Gobierno, José Antonio Gómez Periñán, en la presentación del inicio del curso a los medios. El marista Javier Anso abogó por una recuperación para «unir el esfuerzo al éxito», lo que a su juicio, parte de los propios docentes. Para ello es fundamental la motivación en el trabajo.

La nueva norma andaluza incorpora dentro de su Plan de Calidad un sistema de incentivos para el profesorado, una de las medidas más polémicas desde su aprobación. Muchos profesores la han rechazado, porque lo consideran una compra de la profesionalidad, pero en la provincia, algo más de la mitad de la plantilla de los centros públicos está adscrita. Los profesores gaditanos cobran el plus de 600 euros desde el pasado mes de agosto, tal como reconoció el delegado de Educación, Manuel Brenes, en una comparecencia reciente.

Este incentivo tiene como objetivo mejorar el rendimiento escolar, pero asumirlo no es fácil, sobre todo porque no se ha trasladado a la enseñanza privada y concertada. José Manuel Sixto, director del Servando Camúñez, coincidió con el resto de los participantes en los beneficios de esta iniciativa. «La conversión en centros bilingües o la adaptación a las nuevas tecnologías ha necesitado de un esfuerzo enorme por parte de los profesores y que ahora se premie es justo», consideró. A pesar de que el claustro de su centro lo haya rechazado, aseguró que establecer este tipo de medidas en Primaria es mucho más fácil. «Nuestro colegio también imparte Secundaria y la dinámica de trabajo en grupo y la unidad de los claustros es distinta», consideró.

EL PAPEL DEL PROFESOR

Recuperar la autoridad

Anso y Vicente, directores de centros con Secundaria y Bachillerato, estuvieron de acuerdo y coincidieron en que «los profesores de niveles superiores trabajan de forma más individualizada y la aplicación de determinadas medidas puede resultar compleja». En este punto, el director del colegio marista criticó el trato «distante» que la Administración ha dado al sistema educativo, que «no puede verse como una unidad cuando las necesidades son diferentes». También consideró «poco adecuado» que este tipo de iniciativas se aplique en un sólo sector, porque «la realidad educativa es común y en lo que respecta a los deberes de cada centro se piden los mismos requisitos».

Hablar de autoridad en la escuela en estos tiempos puede resultar difícil. «No hay que entenderlo como imposición. El profesor es alguien que te va a acompañar en la enseñanza y que te puede transmitir conocimientos», consideró Sixto, pero es el docente que el tiene que tomar las riendas del alumnado. Los casos de agresividad o falta de motivación en las aulas reproducen modelos de comportamientos que el alumno ve en su casa.

En este sentido los tres directores mostraron su confianza en el alumnado de Cádiz. Los casos de violencia «son menos de lo que se piensan», aseguraron, y se concentran en las zonas problemáticas, «no se han extendido a todos los centros».

Frente a la tendencia habitual se observan diferencias de comportamiento entre unos y otros niveles en función de la relación de los estudiantes con los centros. Ése es el caso del Drago, que según su profesor, ha tenido más incidencias con alumnos de Bachillerato que de ESO. Pedro Luis Vicente sólo encuentra como explicación la nueva incorporación al instituto de los alumnos de ciclos superiores, «que tienen que adaptarse y el tránsito siempre plantea un conflicto, mientras que los de Secundaria han ido pasando de curso con el mismo profesorado y los mismos compañeros».

En este asunto los concertados «siempre han estado por delante», aseguró José Manuel Sixto, ya que los alumnos siguen un mismo eje. Un primer paso para trabajar en este aspecto es integrar a todo el alumnado en un «proyecto común», en el que «un profesor motivado tiene que ganarse al alumno».

REFORMA EDUCATIVA

Política de puertas abiertas

Una de las novedades que plantea este curso es la reforma educativa de la formación superior y la Infantil, que será común en todas las comunidades autónomas. Los bachilleratos pasarán de cinco modalidades a tres y la extensión de la edad escolar de cero a seis años para los primeros ciclos de escolarización.

Esta reordenación de las materias ha permitido que «vuelvan a primar las asignaturas instrumentales, tales como Matemáticas, Lengua o Física», resaltó el director del Drago. El cambio ya afectó el curso pasado a Secundaria, donde se han doblado horas de Lengua. Los profesores consideraron «acertada» la unión de modalidades en el Bachillerato, porque «un alumno no sabe lo que quiere y hemos notado que se decide por las vías que le ofrecen más opciones».

Aún así, los sucesivos cambios en los sistemas educativos «generan inestabilidad y merman la confianza en la enseñanza». En este punto el consenso fue absoluto. Todos consideraron «fundamental» llegar a todas las esferas para que el modelo de la educación tenga continuidad en el tiempo y no esté a merced de los posibles cambios políticos.

La reordenación de las materias es sólo una parte de un proyecto a mayor escala que pasa por mejorar la dotación de los centros. La provincia cuenta con 207 colegios TIC y 80 centros bilingües. Aunque el compromiso era haber completado ya la red de infraestructuras escolares de nueva generación, la adaptación continúa siendo lenta. Aún así, los tres directores valoraron el esfuerzo de la Junta en los últimos años. «Hace cinco o seis cursos los departamentos apenas tenían para fotocopias y hoy el equipamiento es magnífico», resaltó Pedro Luis Vicente. Su centro ya se ha adherido al plan de bilingüismo, que en su opinión, «requiere más un esfuerzo de los propios profesores que el aumento del presupuesto económico», para el no se ponen problemas.

Los colegios concertados tienen menos ayudas para adaptarse a la nueva realidad. Aún así, el director del San Felipe Neri consideró «lógico» que se potencien los centros públicos, cuando históricamente son los que han tenido menos recursos.

LA IMPLICACIÓN DE LOS PADRES

Las ampas se vacían

El papel de los padres es otro de los pilares más importantes del sistema educativo, pero la implicación es cada vez menor. «La participación en las asociaciones de madres y padres de alumnos (ampas) se ha venido abajo», se lamentó el profesor Vicente. Precisamente son los equipos docentes los que apoyan a las ampas para que sigan funcionando e incluso «ellas tienen problemas para llegar al colectivo de padres», añadió Javier Anso.

Ante este vacío, los profesores se apoyan en los padres más motivados que, también suelen participar en los consejos escolares. La solución, según se concluyó en el encuentro, pasa por motivar a los progenitores desde el propio centro, una asignatura pendiente.

emartos@lavozdigital.es