Sucedió en Barajas
Todavía corren lágrimas por la cara, todavía está patente el dolor: es tan difícil aceptar la realidad y la fatalidad de la tragedia que te toca de cerca en un incomprensible sorteo.
Actualizado:En medio de este ambiente de desolación, llegan al olor de la desgracia ajena, rebuscando a las familias desechas, prestigiosos abogados norteamericanos maestros del trinque.
Y no vienen precisamente abanderando una cruzada contra la injusticia.
Ni vienen a ayudar a esas familias desechas de manera altruista, sino con la única intención de sacar el mayor provecho económico de esta trágica situación, sedientos del vil metal, para poder mantener su alto estatus y sus lujosas vidas. Sólo nos queda vitorearles con banderitas americanas en las manos, mientras sus colegas estatales parece que se esconden en sus bufetes, quizás avergonzados de esta hipócrita sociedad que lo permite. Prestigiosos, ¿en qué?
Rafael Fernández Prieto. Jerez