CALLE PORVERA

Ahora sí, ahora no

A estos políticos no hay quien los entiendan. Recordarán que hace dos años, la alcaldesa decidió cerrar a cal y canto la ciudad a los moteros durante el Gran Premio. Este blindaje originó que por primera vez en años esos dos días los vecinos de las zonas más afectadas por la movida motera pudieran dormir en sus casas tranquilos. Este cerrojazo también ocasionó pérdidas -en algunos casos millonarias- a muchos establecimientos y que decir tiene que acabó de forma radical con la fiesta de las motos que había hasta ese año.

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Estos efectos del nuevo plan de seguridad, que defendieron a capa y espada la primera edil y los suyos, fueron muy comentados. Además, el cierre se hizo justo antes de las elecciones municipales y, a pesar de que muchos creían que iba a pasarle factura en las urnas a la regidora, el efecto fue todo lo contrario: ganó votos con la medida, tal como los socialistas habían calculado.

Tras ello, llegó el segundo año de blindaje, con el correspondiente malestar de los hosteleros y la felicidad vecinal -no completa porque ahora la movida se había trasladado a la avenida de Arcos, La Granja y la Zona Sur-. Muchos pudimos comprobar que ese fin de semana Jerez había perdido su fiesta y sobre todo dinero, que en época de crisis viene muy bien. Hasta en Torremelgarejo el cierre casi le ocasiona a más de un vecino una visita al hospital debido al sofocón que se llevaron cuando descubrieron que la Guardia Civil no dejaba pasar a los moteros que dejaban bastantes euros en esa zona.

Ahora parece que el centro se volverá a abrir y Jerez será de nuevo la ciudad de las motos. Eso sí, queda mucho para las próximas elecciones, la ciudad necesita dinero y la continuidad del Gran Premio en la ciudad es algo que aún hay que negociar con Dorna.