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Texas espera la llegada de 'Ike'
El huracán, que ha dejado la isla de Cuba desolada, cobra fuerza a su paso por las aguas del Golfo de México
Actualizado: GuardarIke pasará a la historia de los huracanes cubanos por ser de los más dañinos y uno de los pocos en cruzar de lado a lado el país. Sus secuelas quedarán durante mucho tiempo. Ayer al mediodía estaba a 350 kilómetros de La Habana y enfilaba contra la costa de Texas, que comenzaba a prepararse para una embestida feroz.
Los meteorólogos pronostican que el huracán, degradado a la categoría 1 en la escala de medición Saffir-Simpon, se fortalecerá con las aguas cálidas del Golfo de México y podría aumentar a una peligrosa categoría tres con vientos de 200 kilómetros por hora. Las autoridades del estado de Texas ordenaron el acuartelamiento de 7.500 miembros de la Guardia Nacional y urgieron a la población a comprar víveres y protegerse del Ike, aunque todavía no han organizaban la evacuación. Aún tiene por delante unos días, dado que el ciclón llegará antes del sábado, después de pasar sobre las plataformas petroleras estadounidenses.
Los estragos de Ike son incalculables. A los 80 muertos que dejó en el Caribe, casi todos en Haití, se suma un reguero de daños materiales. La Defensa Civil cubana decretaba ayer el cese de las alertas en toda la isla, con la excepción de la provincia de Pinar del Río, muchos de cuyos municipios volvieron a soportar el paso de dos ciclones en menos de 15 días.
Esta provincia que apenas había comenzado a reponerse del desastre natural causado por Gustav el 30 de agosto, veía impotente cómo los vientos huracanados los afectaban todavía ayer y las lluvias inundaban cosechas y se colaban sin permiso en casas cuyos tejados fueron arrancados por la fuerza del huracán.
A duras penas, las imágenes llegan a los dos canales de televisión que están emitiendo, aunque son vistos por muy pocas personas. La radio está siendo en este momento la principal fuente de información. Durante la noche del martes sólo había energía eléctrica en la provincia de Guantánamo y Santiago de Cuba, y no para todos sus habitantes. El resto del país permanecía a oscuras, salvo hoteles, hospitales, panaderías, gasolineras, embajadas y los pocos que tienen plantas generadoras abastecidas con petróleo. Ayer, paulatinamente se iba haciendo la luz. El estado Mayor de la Defensa Civil informó que 2.615.794 personas tuvieron que ser evacuadas por el paso del ciclón, de las que casi 300.000 era residentes de La Habana.
Aunque Ike se lanzó al mar sobre las 15.00 horas del martes, ayer, los vientos con fuerza de tormenta tropical seguían soplando y las lluvias intensas caían sin cesar. Las inundaciones provocaron el corte de la autopista que comunica el occidente con el oriente. Árboles caídos, arrancando tendidos de luz y teléfonos son el paisaje hasta La Habana, ciudad que afortunadamente no quedó en su trayectoria de destrucción.
Los pocos espectros que se dejaban ver por las calles de la capital del país aparecían envueltos en impermeables de colores y llevaban paraguas que luchaban para no ser doblados por el viento. En la capital se produjeron varios derrumbamientos, no tantos considerando que hay 600 edificios en «estado crítico» o «en estática milagrosa», como los definen los ingenieros y arquitectos que trabajan en el casco histórico.
El miércoles fue aún un día extraño. Oficialmente, había que volver al trabajo y así lo hicieron en algunos centros, pocos. El transporte público se reanudó temprano, con ligeras modificaciones en las rutas ante las calles cortadas, mientras que el aeropuerto estaba a pleno rendimiento.