Chaves anuncia nuevas medidas para paliar una crisis económica «grave, pero en absoluto catastrófica»

Una frase coloquial que glosa la situación económica actual en Andalucía: La cosa está mala. El Parlamento fue ayer un claro ejemplo de este sentimiento. Celebró un debate general sobre la crisis que se saldó con el anuncio de una nueva batería de medidas para paliar los efectos de esta coyuntura negativa y con un agrio rifirrafe entre Manuel Chaves y Javier Arenas, inesperados protagonistas de una discusión que, en principio, iba a estar guiada por los segundos espadas de cada formación.

El presidente de la Junta puso sobre la mesa un paquete de acciones con las que pretende influir en siete grandes ámbitos. Incluye: deducciones y rebajas fiscales para colectivos determinado; nueva adquisición de suelo público para viviendas de VPO, un ambicioso plan de eliminación de barreras arquitectónicas en 600 municipio, modificaciones normativas para incentivar a las empresas y la aprobación, en el próximo Consejo de Gobierno, del Plan de Infraestructuras 2008-2013, que contempla una inversión de 30.000 millones de euros.

Un mal 2009

Chaves explicó que, tras 14 años de bonanza económica, toca afrontar el serio reto que supone una crisis internacional de esta envergadura. «Afrontamos, por lo tanto, una situación grave, pero en absoluto catastrófica», desatacó el presidente que, no obstante, insistió en que lo peor está por venir, sobre todo en 2009, aunque destacó que la previsión es que en 2010 mejore.

Javier Arenas, por su parte, calificó de «ridículas» las medidas anunciadas por Chaves y le reclamó una auténtica reducción de impuestos, austeridad en el gasto corriente y una serie de reformas profundas para crear empleo.

El líder de los populares acusó a Chaves de «mentir» durante la campaña electoral y durante su discurso de investidura porque «negó la crisis y prometió el pleno empleo; pues la crisis es muy grave y en agosto se destruyeron 600 empleos diarios en Andalucía».

Chaves negó las críticas de Arenas y aseveró que su Gobierno «ha cogido el toro por los cuernos».