Prohibido el cante

Hace treinta años, a un Guardia Civil que estaba en la puerta del antiguo cuartel ubicado en la calle Empedrada le dio por decirle a Manuel Sotomayor que le pusiera al bar el nombre de Las Columnas. «Estábamos a punto de abrir, y no sabíamos cómo le íbamos a poner de nombre. No nos pareció mal, pues en la portada del palacio que está aquí enfrente hay dos columnas. Sin pensarlo dos veces le puse este nombre», comenta ahora Manuel.

Parece que lleva toda la vida en la calle Empedrada, en el número 1, justo en la esquina de la calle Cazón. Pero son treinta años. «Intensos, porque ha habido de todo. Momentos buenos y otros menos. Pero nos quedaremos con lo positivo», dice Manuel Sotomayor que es el que regenta el bar. Las Columnas es un clásico del viejo barrio de San Miguel. Es de esos bares en los que se les hace pocas preguntas a los clientes. Generalmente, Manuel sabe qué ponerle a quien se acerca al mostrador. «Ahora la verdad es que se bebe mucha cerveza, antes eran otros tiempos; y tanto La Ina como Tío Pepe era lo que más se pedía», subraya Sotomayor.

Clientes

Uno de los clientes entra en Las Columnas desde que al Guardia Civil le dio por bautizarlo con este nombre. «Pregúntale a él, que es cliente de toda la vida», dice Manuel. El señor se muestra parco en palabras. «Aquí, desde que dejé el cante y me quité de la bebida, la verdad es que se ha perdido mucho», nos explica con ese gracejo típico de un barrio como éste. Y es que en el bar está prohibido el cante. «Este es un barrio de cante bueno. Y de momento comienzan los piques entre unos y otros. Así que lo mejor es no dejar cantar a nadie y problema resuelto», agrega de nuevo Manuel Sotomayor.

Parece que lleva toda la vida en la calle Empedrada. Y sin embargo son treinta años abierto. Y es que hay lugares que, por poco tiempo que lleven en un sitio, caen tan de pie que parece que llevan toda la vida. Como el bar Las Columnas.