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Otra vez cadista

A boca llena: Vuelvo a ser cadista. Me resbala quien pueda tacharme de impresentable por haberme alegrado de que la justicia deportiva no haya dado al Cádiz. Porque no hubiera estado bien quedarnos en Se-gunda por la presencia de un juvenil en el campo. Lo siento. No sería ni ético ni moral. Y sí justo el descenso. No entiendo de leyes pero por lo poquito que sé de fútbol los que iban de amarillo el año pasado tenían que ir pa el cajón del tirón. Por malos y por poca vergüenza.

acarbonell@lavozdigital.es
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Pero no hay mejor solución para salir del hoyo que dejar trabajar al olvido. Pelillos a la mar y a remar. Olvidarnos de la petulancia de Baldasano y sus adlátares, olvidarnos de futbolistas endiosados (Estoyanoff o Gustavo López son dos buenos ejemplos) y acordarnos, en cambio, de otros que se fueron por la puerta de atrás tras dejarse el alma en la elástica amarilla (De Quintana y Suárez, por ejemplo). Este Cádiz se construyó desde la humildad de un vestuario desconocido y se ha venido abajo por llenarlo de egos. Y cuando hay ganas y compromiso en el campo no queda más remedio que animar. Y este año se dan las razones para hacerlo. Y eso no lo ha traído más que la Segunda B. La idea es bien clara. Contar este año con proyectos de jugadores endiosados y no con un plantel de jugadores, lo que es peor, que se creían algo sin haber empatado con nadie.

No hace mucho me decía un amigo que en Segunda B disfrutaba más. Que se sentía como más en familia y demás tontadas.Yo, como muchos, me reía ante semejante idiotez (pensaba entonces). Pero pasaron los años de Primera y Segunda, y con ellos, se fue instalando en el club (especialmente en el vestuario) un clima de arrogancia y prepotencia insoportable. Tanto que, irremediablemente y ante mi propio asombro comenzaba a pasar del equipo y de sus derrotas. Pero ha sido este domingo cuando ese cadismo que tenía dormido se ha vuelto a despertar. Fue entonces cuando se me vino a la mente las palabras de ese amigo. Y es que mientras Carlos, López, Juanma y compañía daban un repaso al Granada 74 comprobé con sorpresa como estaba experimentando las mismas sensaciones que en su día me contó.

Lo importante ahora es conservar y mimar ese respeto al escudo. Hasta en Primera.