Opinion

Moscú hace lo que debe

Dmitri Medvédev confirmó ayer en Moscú los pronósticos al comprometerse a retirar las tropas rusas de las zonas adyacentes a Abjazia y Osetia en diez días una vez se efectúe el despliegue de observadores civiles de la Unión Europea, que deberá estar listo el 1 de octubre. El acuerdo, para cuya oficialización la UE envió a la troika compuesta por Sarkozy, Barroso y Solana, había sido perfilado a lo largo de la última semana, sobre todo en lo referido a dos aspectos aún imprecisos o, sencillamente, no expuestos: el primero, la interpretación del texto inicial del pacto del 12 de agosto que Sarkozy presentó con éxito a las partes enfrentadas en El Cáucaso y que permitió parar los combates; y el segundo, las garantías de Georgia de que no volverá a recurrir a medios militares en la región. El resultado de la reunión refleja que Moscú ha obrado juiciosamente, siempre suponiendo que tenga la voluntad política de ejecutar lealmente el calendario mencionado.

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Mantenerse en suelo georgiano no disputado resulta jurídicamente insostenible y políticamente perjudicial, por lo que Rusia debe volver al status quo ante en lo político y en lo militar según lo estipulado en los Acuerdos de Dagomis de 1992.

Pero más allá del anuncio del acuerdo alcanzado en la capital rusa se abre un novedoso proceso político y diplomático, dado que se trata de la primera gran crisis en varios años que es asumida, gestionada y encarrilada por la Unión sin intervención estadounidense. La UE, que adolece de falta de peso político propio y es percibida por muchos observadores como diplomáticamente subordinada a Washington, ha realizado en esta ocasión un buen trabajo. Sea cual sea el criterio norteamericano -y escuchando al vicepresidente Cheney en su gira por la región se puede concluir que no coincide con el de Europa-, lo cierto es que no cabía hacer nada muy distinto de lo hecho: condena a Georgia por abrir la crisis con un fuerte ataque militar, condena a Rusia por el uso excesivo de la fuerza para repelerlo, obligación de evacuar sus tropas a las líneas anteriores al conflicto y apertura de un debate internacional sobre las causas de la guerra que se impulsará discretamente en Ginebra el próximo día 15.