Zapatos por los aires
Varias barriadas de la localidad, como La Inmaculada o Guadebro tienen sus cableados cargados de zapatillas deportivas; hay zonas en las que esta costumbre se inició hace más de veinte años
Actualizado: GuardarVarias barriadas de El Puerto tienen, además de bancos, árboles y alguna que otra pintada fruto del vandalismo, una particularidad especial: tiras y tiras de zapatos colgados en el cableado eléctrico. Una imagen que molesta enormemente a los vecinos, y más aún si cabe, al edil de Mantenimiento Urbano, Alfonso Candón, que periódicamente tiene que enviar a los técnicos del Ayuntamiento a retirar los zapatos colgantes. Pero pocas horas después de que los técnicos hayan realizado la pesada tarea de subir hasta los cables y retirar uno por uno los hasta más de veinte zapatos, hay quien se dedica a buscar más zapatillas para volver a colgarlas.
La Inmaculada y la barriada de Guadebro son dos de las zonas de la localidad más afectadas por este extraño fenómeno que no deja a nadie indiferente. «Yo llevo más de veinte años viendo esta estampa», comenta Milagros García, una de las vecinas de la zona de Guadebro, quien recuerda una desgracia que ocurrió hace ya más de dos décadas. Al parecer, según relata la vecina, unos jóvenes tiraron a los cables las zapatillas deportivas de uno de los amigos, con el «único objetivo de gastar una broma». Pero la burla se convirtió en desdicha, ya que «el joven cayó desde lo alto del cableado cuando intentó recuperar sus zapatillas quedando discapacitado para el resto de sus días», explicó la vecina.
Así, la extraña costumbre de adornar el cielo con zapatos es un hecho ya casi histórico y los rumores sobre las razones por las que se realiza son muchas. Hay vecinos de las zonas afectadas, como Rafael Robles, que asegura que «se ponen para dejar claro que en la zona hay trapicheos con las drogas». Una cuestión que indigna enormemente a este vecino, que exige a las administraciones competentes que investiguen y detengan a las personas que se dedican a colgar las zapatillas deportivas porque «por alguna razón lo harán».
Por su parte, el comisario de El Puerto, José Montes Fresneda, negó este argumento y achaca el hecho de que haya gente que se dedique a llenar el cableado de zapatos a «una simple manía» y aseveró que «no es cierto que se haga para indicar que en la zona se vende droga».
Pero los que no dicen ni una sola palabra son los grupos de jóvenes, y no tan jóvenes, que se reúnen siempre justo abajo de los cableados adornados. «Yo no tengo ni idea de quién los cuelga y tampoco me importa», comentó uno de los miembros de estos grupos que pasan cada tarde y noche en la barriada de Guadebro, que negó rotundamente haber arrojado alguna vez algún zapato al cable que tenía sobre su cabeza. Así, este extraño fenómeno de diversos colores, y en la mayoría de las ocasiones con las suelas relucientes, seguirán llamando la atención de todos los viandantes. Y es que nadie consigue pasar por debajo de estos cables adornados sin mirar hacia arriba y pensar quién, cómo y por qué habrá colocado tantos zapatos cual gorriones tomando el sol.
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