Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Ciudadanos

La naturaleza y el desarrollo

Esta empresa creada en 1994 se dedica a la consultoría ambiental y ha elaborado los estudios de impacto de casi todos los PGOU de la provincia

ÁLEX MEDINA R.
Actualizado:

Siglo XIX: la Real Sociedad Geográfica de Londres es una de las instituciones más prestigiosas del mundo. A ella han pertenecido -o pertenecerían- apellidos ilustres como Darwin, Livingstone o Sir Edmund Hillary. No tenían que ser necesariamente geógrafos, pero trabajaban para ofrecer al resto del mundo una representación a escala -aunque fiel- del planeta: descubrían tierras ignotas, trazaban mapas en océanos infernales y horadaban los polos. Todo por la ciencia en la que fue edad de oro de la geografía.

Casi dos siglos después, la geografía no ha perdido importancia y es mucho más que saberse de carrerilla las capitales bálticas. Los geógrafos, por ejemplo, pueblan cualquier oficina de ordenación territorial, esos rincones donde se decide cuándo, cómo, dónde y por qué se construye tal o cual cosa. «La gente se sorprendería de los muchos geógrafos que están detrás de tantas decisiones de la Administración», asevera Juan José Caro, director de Ibermad, una consultora sobre medio ambiente y desarrollo con sede en Cádiz y con 14 años de historia.

Tras ese nombre y esas intenciones se esconde una empresa que contrata a 20 personas y que ha elaborado los estudios de impacto ambiental de los planes de ordenación urbana (los omnipresentes PGOU) de casi todos los municipios de la provincia, entre ellos, los de Cádiz, Jerez, Chiclana, El Puerto... «Y también hemos trabajado para muchas localidades de Málaga, Sevilla...», aclara Caro, quien montó su empresa en 1994 junto a otros tres profesionales del sector.

«No sabíamos nada de economía ni de montar empresas; sí teníamos claro que nos íbamos a dedicar profesionalmente a lo que habíamos estudiado, es decir, que íbamos a desarrollar nuestros conocimientos», aclara. De aquel objetivo a hoy, Ibermad ha cumplido con las mejores expectativas plasmadas en su génesis. Claro que los primeros años fueron duros. Hablamos de mediados de los noventa y la anterior gran crisis económica en España. Sin embargo, poco a poco, «salimos adelante siempre con un trabajo que se caracteriza por el perfeccionamiento de cualquier proyecto: nosotros no decimos lo que el cliente quiere oír, sino que mejoramos su proyecto y le garantizamos que cumplirá con las exigencias ambientales».

Llegaron los encargos de los distintos PGOU, vinieron propuestas de grandes proyectos como el Consorcio de Las Aletas y no se consiguieron otros porque «somos una consultora muy exigente y muy dura con las condiciones que proponemos». La dureza sale rentable, «porque luego los planes van como tienen que ir». Esta particularidad, por ejemplo, es muy valorada por las grandes compañías. Y valoración es lo que tiene estos días todo lo que huela a medio ambiente. Junto a los PGOU, Ibermad también ha visado numerosos planes de Agenda 21 (que son las hojas de ruta que los ayuntamientos deben seguir en materia ambiental, y que van desde la puesta en marcha de carriles-bici hasta el sistema de recogida selectiva de residuos, pasando por un alumbrado eficiente o el especial cuidado de un ecosistema propio).

«Hoy en día, los aspectos ambientales no se reducen a la conservación de la naturaleza, a cuidar de los pajaritos, como quien dice; en estos momentos se busca un respeto más integral al medio y, al final del todo, la autosuficiencia de las ciudades: que un municipio sólo consuma la energía que produce». El objetivo suena a un futuro lejano por mucho «que tengamos los medios para hacerlo desde ya».

amedina@lavozdigital.es