La velocidad con el tocino

Hace una semana me preguntaba por el efecto real de la crisis. Las cifras del paro me han pegado en la boca. La bofetada no ha sido pequeña, pues el número de desempleados es bastante grande. Por entonces, ya recordé lo ridícula que había sido la batalla entre la oposición y Zapatero sobre la existencia o no de la crisis económica. El debate se trasladó a una sociedad que se peleaba por cuestiones que no llevaban a ninguna parte. Sí, hay crisis, ¿y ahora qué?

El caso de la imagen motera de Pilar Sánchez es aún más insulso. ¿Le podía quedar peor el mono a la primera edil jerezana? Que más da, a la mujer se la veía feliz dando vueltecitas por su nuevo trazado y divirtiéndose cual Valentino Rossi. Puede gustar más o menos, pero de ahí a realizar una queja pública... ¿un tanto ridículo, no? Jerez y parte del extranjero conoce ya el afán de protagonismo de la señora Sánchez. Pocas personas en el mundo desconocen la atracción que se produce entre la alcaldesa y las cámaras de fotos, pero que Pilar se coloque un casco y un mono de motera no parece argumento para tirarle a la cabeza -como a mí- las cifras del paro de la ciudad.

Si extravagante eran las imágenes que llegaban del circuito de Jerez, absurdos parecen los lamentos nacidos en el PP y que la califican de «frívola, inoportuna e insolidaria». Y es que parece que la política se limita a un juego mediático en el que se aprovecha lo más mínimo para mezclar la velocidad con el tocino.