Con un sello muy personal
Las interesantes propuestas de la pintora y ceramista Ilham Otky Taib se pueden contemplar y comprar en el Zoco de Artesanía
Actualizado:Ilham Otky Taib es de origen marroquí y lleva en Jerez unos seis años. Se casó con un sevillano que trabajaba en la ciudad, trasladándose aquí para proseguir con su evolución artística. Su inquieud innata le hace estar trabajando continuamente y formándose. «La preparación nunca acaba», comenta.
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Casablanca, su ciudad natal, desde muy joven ya representaba a Marruecos en encuentros internacionales de cultura por Europa. «A Rótterdam llevé algunas de mis obras de pintura y cerámica cuando todavía era muy joven», narra con cierto aire de sosiego.
Esta tranquilidad que Ilham contagia con su presencia, choca de frente con su obra. Sus pinturas son un juego de colores definido por ella como «extremo», donde se viaja del figurativo al abstracto. Juega con las puertas y con las flores que «son mi gran pasión». Y confiesa que estos juegos de colores que se entrecruzan unos con otros bien sean fríos o cálidos, llega a ser una obsesión que llegan a la lámina.
El resultado final es una personalidad muy definida en su obra. Interesante obra que se puede contemplar en el Zoco de Artesanía, y donde también se deja ver de alguna manera su mirada particularísima en distintos bocetos con distantes temáticas y que van desde edificios emblemáticos a las corridas de toros.
La cerámica de Ilham tampoco está exenta de una personalidad muy subrayada. «Mis obras están basadas en lo sobrio y en lo primitivo. Sé que es una cerámica muy subjetiva, que quizá huye de efectismo fácil, de la estética sobrecargada para irse a la esencia», explica. Una sobriedad que viaja al origen de esta ancestral forma de expresión que, sin embargo, destaca por una belleza rústica muy original.
Ilham Otky es una artista comprometida con el mundo actual. Dinámica, sensible, colaboradora de asociaciones con fines sociales y, sobre todo, con una carga de madurez que se refleja en la sencillez con la que vive la vida. «Me va bien en mi profesión, así que sólo pido que haya más respeto para los que vamos en bicicleta de un sitio a otro. Eso es importante que se diga», afirmala joven. Con eso, para Ilham Otky Taib basta.