Cerrar los ojos
Uno puede hacer como que no ve, como que las cosas no están pasando. También una sociedad puede cerrar los ojos y pretender que no se están haciendo ciertas cosas.
Actualizado: GuardarÉste es el caso del aborto en España. En teoría, sólo hay tres casos -y un marco de tiempo que abarca las doce primeras semanas- en los que el aborto se permite. Los tres casos son, a grandes rasgos: peligro para la madre, peligro para el feto, o que la mujer no esté preparada psicológicamente para ello. Cuando una mujer quiere abortar, no tiene más que acogerse a uno de estos tres presupuestos, generalmente el último. A veces, tal y como hemos visto en el escándalo de las clínicas ginecológicas sucedido recientemente, ni siquiera es necesario estar dentro de los tres primeros meses de embarazo para abortar, dándose casos de interrupción del embarazo realmente escabrosos, en torno ya a los ocho meses de gestación.
El aborto se practica en todas las comunidades españolas. Sin embargo, no en todas se hace de la misma manera. En Andalucía, por ejemplo, es gratuito, y en otras hay que hacerlo por la sanidad privada.
La ministra Bibiana Aido ha anunciado para el primer semestre del año que viene una nueva ley del aborto. No se tratará de una reforma de la que ya existe, porque como ya se ve, es insuficiente, no se aplica de la misma manera a todas las españolas, y además es eufemística, intenta disfrazar con presupuestos absurdos lo que es un secreto a voces, que en España las mujeres abortan porque quieren.
Llamemos a las cosas por su nombre, hagámoslo bien, dejemos de ser unos hipócritas que se hacen los tontos frente a algo tan serio y traumático como el aborto. Que sea una ley madura, y que por fin regule este tema tan delicado para que se pueda llevar a cabo dentro de la absoluta legalidad, con toda la seguridad y la profesionalidad que merece.