CONVENCIÓN DEL PARTIDO REPUBLICANO

Una familia modelo para la Casa Blanca

Palin elude exhibir su potencial político y se limita a presentar al novio de su hija

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Hace dos días nadie sabía quién era Levi Johnston, más allá de sus vecinos en un pueblo de apenas 9.000 habitantes. Ayer su nombre generaba más de dos millones de entradas en Google. Lo único que ha hecho este chico de 18 años para merecerlo es dejar embarazada a la hija mayor, de 17 años, de la gobernadora de Alaska, Sarah Palin, que el miércoles lo subió al escenario de la Convención Republicana para ratificar que habrá boda y que ya es parte de la familia que puede llegar a la Casa Blanca el próximo enero.

Sarah Palin no se molestó en dar grandes discursos sobre política exterior ni sobre seguridad nacional, sino que en su misión de conectar con la gente sencilla de a pie la estrella recién descubierta se presentó a sí misma y a su familia. Su hijo Track, de 19 años, que la semana que viene, en un simbólico 11-S, emprenderá el camino a Irak como soldado de infantería. Al igual que su sobrino, Casey, que sirvió en la primera guerra del Golfo. «Soy sólo una de esas madres que cada noche rezan por sus hijos e hijas que están en peligro», recitó.

Luego está su querida hija Bristol, la joven que ha escandalizado al país al quedarse embarazada -cuando todavía es menor de edad- de este compañero de instituto con el que salía desde hace poco más de un año -hace cinco meses que se encuentra encinta-. Le siguen Willow, de 14 años, la menos conocida; Piper, la pequeña de 7, que se desenvuelve cómodamente entre los focos de las cámaras y el miércoles ya firmaba autógrafos en los carteles de su madre; y Trig, el bebé de cuatro meses con síndrome de Down que todos se repartían esa noche, ahora que Bristol ya no necesita esconderse el vientre con él.

No podía faltar el patriarca que la ayuda a compaginar el hogar con la política, Todd, ese chico con genes de esquimal que conoció en la escuela y con el que «dos décadas y cinco hijos después» aún sigue casada. «¿Es mi hombre!», proclamó la gobernadora.

Madre de familia

En ese contexto no era de sorprender que la potencial vicepresidenta de Estados Unidos presentara entre sus credenciales su participación en la Asociación de Padres de Familia de la escuela de sus hijos, porque lo que cuenta por ahora no es sentarse a negociar las amenazas nucleares iraníes con Mammoud Ahmadinejad sino empatizar con las familias norteamericanas más ordinarias.

Pero ayer la propia Sarah Palin competía por la luz de los focos con su futuro yerno, al que el candidato presidencial John McCain estrechaba la mano enfáticamente. Levi, que tiene nombre de pantalón vaquero, tuvo que privatizar rápidamente su página de MySpace.com el domingo pasado, cuando los periodistas empezaron a divulgar su contenido.

Según cuenta en ella se siente «un paletillo» que no quería tener hijos, aunque ahora sus amigos digan que está encantado y será un gran padre de familia. Lo que le importaba cuando la escribió la página en Internet es lo mismo que a cualquier chaval de su edad en Alaska, el hockey sobre hielo. «Es un buen chico que tiene muchos amigos», declaraba su entrenador, Bill Sturdevant, al diario Daily News. Bien vestido y afeitado para su debut nacional, Levi llevaba un anillo con el nombre de su chica que completaba la imagen de amorosa familia dispuesta a deleitar a Estados Unidos.