«Me gusta trabajar en proyectos que me pongan la piel de gallina». / EFE
RUSSELL CROWE ACTOR

«Hay periódicos que me tratan como si fuese una bestia sexual»

El oscarizado actor protagoniza un 'remake' del famoso western 'El tren de las 3.10 a Yuma'

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El director James Mangold estrena su séptimo largometraje con este remake del western El tren de las 3.10 (1957), pequeña joya en blanco y negro de Delmer Daves. La película El tren de las 3.10 a Yuma reúne a Russell Crowe con Christian Bale. En el filme, que se estrena hoy, Crowe encarna al buscado criminal Ben Wade, que debe ser juzgado en Yuma.

-Hacer una película de vaqueros ¿es regresar a la infancia?

-Para que las cosas salgan bien hay que tomarlas como un juego. Es fantástico cabalgar con viejas pistolas, entre montañas, olvidado de la vida moderna. En Nuevo México fue la excepción. Tuvimos que echar mano de los microondas y computadoras que los compañeros de rodaje habían llevado al desierto.

Hombres y caballos

-La película pone de manifiesto esa extraña relación entre el hombre y los caballos.

-La respuesta a su pregunta sería larga y compleja. Yo soy un amante de los caballos y me he fijado que los niños se relacionan con los caballos como si fueran personas. Hay algunos caballos con los que puedes tener una conexión profunda. Cuando más dulce, cuando más te dedicas a cuidar de tus caballos con tenacidad, más profunda es la relación. A mí me costó mucho decir adiós a los animales de esta película porque estuve con ellos durante tres meses. Más de doce horas al día.

-¿Cómo se enfrenta a los cambios que surgen en su carrera?

-Las cosas no cambian, a menos que uno quiera que cambien. Yo trato constantemente de hacer cosas que me estimulen, que sean únicas. Me gusta trabajar en proyectos que me pongan la piel de gallina.

-Háblenos de su relación con Ridley Scott. Han trabajado en tres películas juntos y está a punto de estrenar la cuarta, Body of Lies.

-Es una relación muy natural. Deberíamos haber seguido trabajando juntos después de Gladiator porque los dos sabíamos que disfrutábamos con la compañía del otro. No quiero defraudar a ninguno de los directores con los que he trabajado, pero la forma en que Ridley hace sus películas con tanto respeto por el medio, por el dinero que cuesta, por los trabajadores, me gusta. Es algo que aprecio y disfruto.

-Los actores jóvenes no parecen tener la fuerza y la pasión que usted irradia en la pantalla. ¿Está perdiendo Hollywood su masculinidad?

-Hay muchos actores con talento en este momento en Hollywood, desde Orlando Bloom hasta Jake Guyllenhal. Es el tiempo el que te va poniendo los galones. Yo no interpreté un personaje principal hasta que tuve 25 ó 26 años. Hoy puedo decir que tengo experiencia y que soy un privilegiado con una situación envidiable. Pero no siempre fue así. Hubo momentos de mi vida que los pasé en la calle, sin nada material, excepto mi guitarra.

Arrogante

-¿Es usted tan arrogante como parece?

- La pasión por el trabajo es muy importante en nuestra cultura. En ocasiones me meto en problemas porque tengo un sentido del humor muy seco, muy básico y a veces se me puede malinterpretar, como si fuera arrogante, pero no lo soy.

-¿Cómo es su relación con la fama?

-Ahora vivo en Australia. Cuando vengo a Estados Unidos es para trabajar. Es importante desmitificar esa idea de la fama. Sólo trato de ser yo mismo, pero dependiendo de qué periódico o revista leas me retratan como un salvaje, una bestia sexual o cualquier otra estupidez.

- ¿Qué recuerda de su vida antes de ser famoso, cuando trabajaba en un Bingo o cuidando caballos en Australia?

-Si eres camarero lo peor que puedes es hacer es sentir resentimiento hacia tu trabajo. Como camarero tienes que intentar ser el mejor camarero. Cuando trabajaba en el bingo intentaba ser el mejor. Puede sonar ridículo, pero esa es la realidad. Forma parte de mi personalidad. Haga lo que haga siempre doy lo mejor de mí mismo. MÁS INFORMACIÓN EN www.lavozdigital.es