Levi Leipheimer, de California a la Mancha
El ganador realizó unos quince kilómetros finales espectaculares Contador aventajó en la crono individual diez segundos a Valverde
Actualizado: GuardarLos espejismos que veían los ciclistas al final de una carretera que no se terminaba nunca eran una realidad, producto de un sol que iluminaba la ruta pero nos les dejaba ver donde se encontraba el final. La Mancha, un territorio con muchas zonas despobladas, acogió una contrarreloj totalmente plana, en la que no había vegetación, lo que termina por desgastar más todavía al ciclista, que no tiene tiempo para nada. Levi Leipheimer, un veterano al que Alberto Contador veía ya en el mundo profesional cuando él cambio de categoría y corría en juveniles, adoptó sus cualidades de rodar al terreno y voló. Leipheimer, un judío que saca partido de su experiencia, hizo la contrarreloj de menos a más, sabedor de que su fortaleza doblegaría cualquier atisbo de insurrección.
Las contrarrelojs de un cierto nivel, más de cuarenta kilómetros, siempre se ganan en la parte final. El mejor en los dos pasos intermedios fue el italiano Manuel Quinziato. Leipheimer lo hizo peor incluso que Valverde. Perdía veintidós segundos, que en el kilómetro 28 eran 42 segundos. ¿En catorce kilómetros recuperó 1:15!, que es mucho tiempo. El francés Sylvain Chavanel sólo perdía doce segundos.
Las contrarrelojs suelen centrar su interés, el único, en quien gana la carrera, por un lado, y los que tienen sus miras puestas en la general. No se produjeron grandes estridencias y la razón principal es que entre los aspirantes para ganar esta carrera no hay grandes especialistas. Tenemos que hablar de corredores que no pierden en las cronos. Por eso, que Alejandro Valverde terminase a diez segundos de Alberto Contador es todo un éxito. Y lo de Carlos Sastre tiene mucho mérito. Desde los 57 segundos de Valverde a los 50 de Contador, son tiempos que le van a permitir jugar con los errores, o los malos momentos de sus rivales.