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NERVIOS. El ex jugador del Real Madrid, durante la rueda de prensa que dio el domingo. / EFE
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Ramón Calderón: «Robinho tiene un problema anímico muy grave»

El presidente blanco siembra dudas sobre el brasileño para justificar su venta «Se le saltaban las lágrimas al pedir que le ayudáramos a salir del club»

D. VALERA
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El verano comenzó con el culebrón Cristiano Ronaldo y termina con el de Robinho. Ambos tienen a un mismo protagonista: el Real Madrid. Su presidente, Ramón Calderón es consciente de lo mucho que se juega, no tanto con la venta del brasileño al Manchester City por 42 millones, sino con la no incorporación de un sustituto.

Buena parte de afición, frustrada por la no llegada de las grandes estrellas prometidas por el presidente, (Ronaldo, Kaka o Cesc) no comprende cómo un equipo que alardea de tener un presupuesto ingente y dinero de sobra no es capaz de fichar a nadie, salvo Van der Vaart. Muy poco para un club que el año anterior se gastó 120 millones en refuerzos y aspira a ganarlo todo.

Calderón, ya de madrugada, justificó la venta del delantero por «razones anímicas graves». El máximo mandatario insistió en que el Madrid no es un club vendedor, pero que la actitud de Robinho era la de una persona desesperada. Confirmó que habló con él varias veces el lunes y que le notó muy mal. «Se le saltaban las lágrimas al pedir que por favor le ayudáramos a salir del club», afirmó en declaraciones a varios medios.

Tanto el director deportivo, Pedja Mijatovic, como el técnico blanco, Bernd Schuster, dieron el visto bueno a la operación ante la cerrazón del brasileño. «Desde el punto de vista humano y deportivo, no del económico, era una buena oferta», comentó Calderón, que no quiso responder pero tampoco desmintió, igual que Mijatovic, las voces que afirman que el jugador llegaba oliendo a alcohol al vestuario y que es un aficionado a la noche.

Ni Villa no Cazorla

La otra cruz del Madrid es la aparente imposibilidad para fichar jugadores. El presidente blanco enarboló la bandera de la honestidad y la caballerosidad para justificar el fiasco de Villa y Cazorla. En el caso del jugador valencianista, Calderón insinuó que hasta el último día habilitado, «personas que hablaban en nombre del Valencia y del delantero» le ofrecieron al asturiano, pero que fue el Madrid quien descartó el fichaje. Algo que el representante de Villa negó de forma tajante para confirmar que fue el equipo merengue quien se reunió con él hasta en cuatro ocasiones para negociar la compra del ariete.

Sorprendió la excusa elegida para explicar la no incorporación de Cazorla. Calderón sacó la capa de la generosidad, se envolvió en ella y alegó que no pagó la clausula de 16 millones para evitar un conflicto con el Villarreal. «Me pareció que era una faena a siete días del cierre del mercado. No quiero hacer lo que no me gusta que me hagan», remarcó. Además, dijo ser el tercer caso en el que se había negado a pagar la clausula de rescisión de un jugador, (Luis Fabiano y Capel) aunque no citó sus nombres.

Ahora, el Real Madrid dispone de 42 millones de euros, una ficha libre y el mercado cerrado. Es decir, deberá esperar hasta diciembre para suplir la baja de Robinho . Aunque todo dependerá de los resultados cosechados hasta entonces y la presión que ejerza el Bernabéu, nada acostumbrado a un despliegue tan pobre de nuevas caras.