ESPERANZA. Carmen González mantiene la esperanza. / S. S.
Ciudadanos

«Las mujeres de más 40 años lo tenemos muy difícil»

Carmen González es licenciada en Historia pero ha trabajado de administrativa, camarera y cuidadora

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El desempleo es todo un quebradero de cabeza para Carmen González. Con 47 años de edad encontrar trabajo le resulta cada vez más complicado. Es licenciada en Historia por la Universidad de Cádiz y a lo largo de su vida ha desempeñado una gran variedad de puestos de trabajos: desde camarera en todo tipo de cátering hasta auxiliar administrativa.

Ahora está de nuevo en el paro. Su nombre lleva dos meses y medio en las listas de desempleados de la provincia de Cádiz. Pero tiene la confianza de que encontrará trabajo pronto.

Los dos últimos años ha estado trabajando en una empresa que gestiona los comedores de colegios. Una oportunidad para las mujeres que por su edad encuentran muchas más trabas a la hora de obtener un puesto de trabajo. En estas empresas hay un amplio abanico de opciones, empezando por cocineras, y continuando por pinches de cocina o incluso supervisoras de los distintos comedores.

Sin embargo, lo que se les plantea como una oportunidad las deja en el paro durante los meses del verano, cuando los comedores dejan de funcionar. Así, Carmen tiene ahora la esperanza de volver a obtener su anterior plaza de trabajo, aunque asegura que las opciones están muy limitadas. «Una mujer, casada y con hijos, y entrada ya en la cuarentena lo tiene muy muy complicado para encontrar trabajo; la mayoría de las empresas prefiere contratar a chicas jóvenes, pero tampoco a ellas les hacen buenos contratos; están por temporadas, dependiendo de las ventas y haciendo sustituciones». Éste suele ser también el criterio que siguen algunas grandes superficies, donde las trabajadoras pasan un año en plantilla y el siguiente cubriendo bajas, «de forma que nunca tienen que hacerlas fijas», contaba Carmen recordando la experiencia vivida por una amiga. Para su hija, de tan sólo 18 años, el futuro también se plantea incierto. Estudio el Bachillerato de Artes y mientras decide qué hacer con su vida ha conseguido el mismo trabajo que su madre en la empresa de los comedores. Madre e hija aseguran sentirse satisfechas «porque la situación para las mujeres es cada vez más difícil».

Cuando el trabajo es una necesidad las condiciones laborales quedan a un lado. Las opciones de encontrar empleo son pocas y las empresas aprovechan las circunstancias para ofrecer contratos laborales precarios o en algunos casos, ni siquiera son dadas de alta en la Seguridad Social, como le ocurrió a esta gaditana cuando trabajaba dando servicios de cátering. Ahora, mientras espera el futuro, es una más de entre las 68.692 paradas que el mes de agosto ha dejado en la provincia de Cádiz.