Drástica prevención

a evolución del huracán Gustav parece atenuar la alarma suscitada inicialmente, que llevó al alcalde de Nueva Orleáns, Ray Nagin, a calificarlo de «tormenta del siglo». Pero aunque se confirme la pérdida de su fuerza, pasando de categoría tres a dos hasta convertirse en depresión tropical, las medidas de evacuación masiva adoptadas no han resultado excesivas. No sólo porque fue la pasividad gubernamental lo que contribuyó a agravar los efectos del Katrina hace tres años. Sobre todo porque la magnitud del fenómeno meteorológico imposibilita una respuesta preventiva más eficaz que el abandono de una ciudad doblemente amenazada, por este huracán y por la endeblez de sus diques de defensa ya desbordados.