El mundo se puede venir abajo de vuelta a los 'grilletes'... /ARCHIVO
vuelta a la realidad laboral

Si de vuelta al trabajo nota cansancio, tristeza, ansiedad... ¡bienvenido al síndrome postvacacional!

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Qué rápido nos acostumbramos a lo bueno, y qué pronto se olvida una vez la playa o el pueblo quedan atrás. Si a la vuelta de vacaciones nota cansancio, algo de ansiedad, un poco de insomnio y está triste, irritable o agresivo, no lo dude: está siendo presa del llamado 'síndrome postvacacional' (SPV), un conjunto de síntomas que afectan a más de un tercio de la población y que pueden durar desde las primeras horas hasta un par de semanas.

Pero ojo, que no cunda el pánico ni sirva de excusa: ni siquiera se trata de una enfermedad, aunque sea reconocido en el ámbito sanitario. Las estadísticas de que dispone el Instituto Superior de Estudios Psicológicos (ISEP) establecen una prevalencia del 35%, incide por igual en hombres que en mujeres y afecta más a personas con edades inferiores a los 40-45 años, inclusive a los niños. Como se podría prever, las personas con dolencias psiquiátricas son más propensas a sufrirlo.

Una encuesta publicada esta semana por la empresa de trabajo temporal (ETT) Alta Gestión, y realizada entre sus 43.000 trabajadores, revelaba cifras más espectaculares: el 71% reconocía dificultades de reincorporación tras las vacaciones de verano, incluso un 41% declaraban sentirse deprimidos en esta época del año. Sin embargo, a la vez un 69% se plantea nuevos retos tras el período vacacional.

Lo que pasa es que las vacaciones "suponen un cambio importante y brusco" que, por lo general, suele ser "placentero" por lo que a la vuelta "uno se tiene que enfrentar a la realidad", según el psiquiatra del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), Mario Páramo. Por eso, concluir con el descanso estival puede generar ansiedad y algo parecido a la depresión.

Los que padecen el SPV sienten una "dificultad acusada para adaptarse al trabajo que no debiera superar las dos semanas, porque si así fuera habría que consultar con el especialista", explica Paz de Roda, psicóloga clínica y forense. Son síntomas pasajeros, y prolongarlos adrede tampoco vale, ¿eh...?

Hasta ese momento de los catorce días aproximados no requiere atención psicológica, ni de baja laboral, ni de administración de fármacos tipo ansiolíticos, ni antidepresivos. Los síntomas se diluyen de forma gradual "según se va produciendo una adaptación a las demandas y exigencias de la rutina cotidiana".

Afección ¿'de nuevo cuño'?

Irritación, agresividad, tristeza, ansiedad, desmotivación, cansancio, insomnio o falta de concentración son algunas de las manifestaciones físicas y psíquicas de un síndrome descrito en los últimos años. "Es posible que existiera antes, pero no estaba diagnosticado al no considerarse los problemas psicológicos como algo relevante en sanidad. O quizá el problema no existiese, lo cual podría abrir el debate del efecto sobre la salud del enfoque laboral y vital que se da en Occidente", subraya Roda.

Una duda que pone también sobre la mesa la psiquiatra del Hospital Clínico de Madrid, Lola Morón Mozaleda, al afirmar que el SPV pudiera ser fruto de la "psiquiatrización de la vida cotidiana". Es decir que "todos los sufrimientos que siempre se han considerado como algo cotidiano, las tristezas generales de la vida, como volver de vacaciones y tener que adaptarte al trabajo que es duro y difícil, tengan que ser una enfermedad".

Quizá lo enfermizo sea "el ritmo de vida difícil que llevamos durante el año", por lo que la doctora aconseja "no dejar las actividades del ocio sólo para el verano", sino organizar durante el año y los fines de semana planes "interesantes y divertidos", que no nos hagan pensar continuamente en el periodo vacacional.

Si no lo veo, no lo creo

La directora de relaciones laborales e institucionales del grupo Randstat, Beatriz Cordero, cuenta que en los últimos años sí se han detectado algunas bajas laborales por síntomas que se acercan a los del estrés, relacionados con la vuelta al trabajo, por aquello de "no saber con lo que nos vamos a encontrar, o saberlo, y pensar en el recorrido que tenemos por delante hasta el próximo período de vacaciones".

El departamento de salud laboral de CCOO discrepa, porque no le constan quejas en este sentido. "A nuestro gabinete no ha llegado ningún trabajador con ese problema. Es una cuestión muy mediática, pero yo no conozco ningún caso", explica Javier Torres, adjunto a la secretaría de salud laboral de ese sindicato.

La vuelta de las vacaciones le preocupa más "al que no tiene trabajo, o al que tiene un empleo de mala calidad, o a los que no tienen vacaciones, que cuando llega el verano le rescinden el contrato, les mandan al paro y con un poco de suerte tras el verano les vuelven a coger. Esos son los problemas reales".