«Ya venía aquí cuando iba al colegio»
Actualizado:uan Luis lleva desde que era muy pequeño en este histórico rincón de Jerez. Desde febrero de 1952 la confitería de los Hermanos Perea está abierta al público, por lo que la historia de este lugar es parte de la ciudad. «Cuando iba al colegio estaba con mi padre, porque tenía que estar aquí doce o trece horas trabajando», recuerda. Este negocio familiar cuenta con clientes y «amigos» de toda la vida, pero, sin embargo, este confitero no cree que su profesión esté valorada en general, aunque «por mí sí; si no, no estaría aquí. Pero supongo que esta profesión se acabará perdiendo», señala con pena este miembro de la familia Perea.