Los comerciantes de Federico Mayo siguen esperando la rehabilitación de su plaza
El mercado abrió en los 60 y nunca ha sido sometido a una remodelación integral Esperan que en los presupuestos de 2009 haya una partida para este edificio
Actualizado: GuardarTrabajar en un edificio que no reúne las condiciones necesarias para poder desempeñar nuestra labor no es plato de buen gusto para nadie. Y más si esto se trasforma en una constante y la solución está en manos ajenas. La situación se complica si necesitamos ciertas garantías como una buena ventilación, un adecuado servicio de limpieza y una apariencia más que aceptable para poder atraer a los clientes, unas necesidades que debido al estado del inmueble en cuestión y la gestión que se está haciendo del mismo no logran cubrirse.
Ésa es precisamente la realidad que desde hace años están viviendo los comerciantes del Mercado de Abastos de Federico Mayo, una de las tres plazas que han logrado sobrevivir en la ciudad a base de muchas horas de trabajo que recaen sobre las espaldas de 23 familias de la Zona Sur. Ellos han visto como este rincón de Jerez se ha mantenido a pesar de las crisis económicas o los cambios de Gobierno local y sin que desde ninguna administración pública se les haya prestado demasiada atención, según comentan.
Han conseguido mantener su clientela gracias a sus productos y buen hacer, pero desde hace un par de años -coincidiendo con la suspensión del mercadillo de los sábados en los aledaños de esta plaza, por orden del Ayuntamiento- la situación se ha complicado de forma considerable. De hecho, «las ventas han bajado hasta un 50%. Además, a pesar de que la Zona Sur es un distrito que está en fase de crecimiento, ya que se están viniendo a vivir muchos jóvenes, no conseguimos atraerlos hasta aquí porque no contamos con ningún tipo de promoción, ni siquiera tenemos un cartel en la puerta del edificio que indique que esto es un Mercado de Abastos», asevera Juan Carlos Bermúdez, presidente de la asociación de comerciantes de esta plaza.
Tanto para Juan Carlos como para el resto de los comerciantes de este mercado es fundamental mejorar la apariencia del inmueble, para ello «llevamos más de dos años trabajando junto a los técnicos de Urbanismo y Medio Ambiente. Unos encuentros que han tenido como resultado la elaboración de un proyecto de rehabilitación integral del que estamos muy satisfechos».
No obstante, y aunque las reuniones entre ambas partes han sido frecuentes, «no hay fecha de inicio para la reforma de la plaza. Nos han prometido que en los presupuesto del año 2009 irá una partida reservada para la remodelación del Mercado de Abastos de Federico Mayo, pero hasta el momento está todo parado», indica el representante de los comerciantes.
De hecho, «nos llegaron a decir que cuando acabaran las obras en la plaza del centro, la carpa se trasladaría hasta Federico Mayo para que nosotros nos instaláramos en ella mientras se hacían las obras. Pero como no hay dinero...», se lamentan desde esta zona.
Desperfectos en la plaza
Así las cosas, los 23 propietarios de los puestos que existen en estas instalaciones conviven con desperfectos de todo tipo. La pintura de la pared se desprende en determinados puntos del edificio, algo que ha provocado que «nosotros mismos hayamos intentado darle un lavado de cara a la plaza en más de una ocasión». Además de ello, el sistema de alcantarillado es muy antiguo, por lo que «las pocetillas son viejas y se levantan cuando alguien las pisa, y eso ha provocado que haya habido caídas de personas mayores», comenta uno de los comerciantes.
«Aquí no viene nadie a arreglar nada», sentencia una de las verduleras del mercado. «Llevamos con las bombillas fundidas en uno de los pasillos varios meses; se ha dado el aviso y nada de nada», recalca la mujer con notable indignación. Otra de las quejas más generalizadas es la falta de una brigada de limpieza que se encargue de estas instalaciones, y es que «somos nosotros quienes compramos los productos para mantener este sitio y damos algo a los mozos para que pasen la fregona».
Los olores que desprenden las pocetillas y la falta de ventanas o de aire acondicionado «provocan que aquí a las dos de la tarde no se pueda estar, ya que también hace mucha calor -unos tres grados más que en la calle a pleno sol-», señala Bermúdez. A todo ello hay que sumar que «no tenemos extintores en ninguna zona del edificio» y también que «el suelo resbala muchísimo cuando está mojado».
«Lo único que queremos es tener nuestra plaza en condiciones y que nos ayuden a sacarla hacía delante. Entendemos que las obras tardarán en llegar porque no hay dinero, pero mientras tanto podrían hacernos algunos arreglillos, darle un limpiado de cara temporal», subraya Juan Carlos Bermúdez.
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