Cadencia negativa
La sucesión de datos negativos que configuran la alarmante situación de crisis en la economía española se vio incrementada ayer con el correspondiente al aumento del déficit por cuenta corriente que junto al descenso de ventas minorista en el mes de julio y el triste liderazgo de las cifras del paro en toda la Eurozona, no hacen sino confirmar que el fuerte retroceso económico sigue sin tocar fondo. El aumento del déficit de la balanza comercial reflejo de una evolución superior de las importaciones sobre las exportaciones sufre indudablemente la penalización de la efervescencia de los precios del crudo y la depreciación del euro respecto al dólar. Pero también acredita la incapacidad de la economía nacional para compensar, a través de la venta de bienes y servicios en el exterior, los graves problemas derivados del colapso del sector de la construcción y el frenazo espectacular del consumo interno. Tampoco parecen haber actuado como catalizadores del consumo las medidas de inyección de liquidez, a través de la devolución de los cuatrocientos euros en la liquidación del IRPF o la supresión del impuesto sobre el patrimonio con que el Gobierno socialista afrontó los primeros síntomas de enfriamiento.
Actualizado:El contexto internacional de una crisis que golpea prácticamente a todas las economías de la Unión Europea y recibe el impacto del estancamiento crediticio que desde la crisis de las subprime coarta todo el sistema financiero, tampoco facilita a satisfacción de las fuertes necesidades de financiación del estado que se han incrementado hasta el mes de junio en un 11, 5% y que lastrarán sus cuentas con una muy previsible subida de tipos interbancarios. En una coyuntura que afronta «trimestres difíciles», como admitió ayer la vicepresidenta Fernández de la Vega en representación del Ejecutivo, no es suficiente con intentar inyectar «optimismo» en el mercado máxime una vez comprobado que argumentos que presentaban a España al abrigo de la crisis por la buena gestión de sus cuentas públicas se han visto desmentidos por la realidad. Y, aunque es razonable anunciar que pese a la desaceleración económica el Gobierno seguirá avanzando en derechos sociales, lo urgente es que el gobierno revise su estrategia para hacer frente a la crisis que hasta el momento se está demostrando inoperante.