El Gobierno asegura que encajará las piezas del «puzle» de la financiación

El Gobierno no se arredró por el rechazo general a su propuesta de financiación autonómica y confió en que podrá «recomponer el puzle» de intereses y que «todas sus piezas» encajen. Una tarea, admite el Ejecutivo, que no será fácil porque se trata de buscar «el equilibrio» entre los intereses de las comunidades y los del Estado.

La vicepresidenta ya se mostró «convencida» hace dos meses de que habría acuerdo sobre el nuevo modelo con la Generalitat de Cataluña antes del 9 de agosto, fecha marcada por el Estatut, y no fue posible. María Teresa Fernández de la Vega no escarmentó con ese error y volvió a estar «segura» de que habrá entendimiento con el Gobierno catalán y con los 14 restantes a los que afecta el futuro sistema.

Fuentes gubernamentales explicaron que el descontento de las autonomías no es nuevo porque en todas las ocasiones en que ha habido que acordar una nueva financiación las discrepancias han sido la tónica de las negociaciones, y el acuerdo se ha cerrado en el último minuto. Con esta experiencia, la vicepresidenta se comprometió tras la primera reunión del Consejo de Ministros tras las vacaciones a «intensificar» el diálogo con «todos» para sellar un acuerdo y que el sistema entre en vigor en 2009. El Gobierno, garantizó, pondrá «todo» lo que esté en su mano.

El principal escollo en las negociaciones tiene dos vertientes: la mengua de los recursos de Hacienda a causa de la crisis y la distribución de esos fondos. Fuentes de la negociación apuntan que la suma que ofrece el Gobierno está 20.000 millones de euros por debajo de las necesidades de las autonomías. El reparto del dinero también enfrenta a las comunidades. Por un lado, las más pobladas y ricas quieren poner coto a la solidaridad territorial, mientras que las de menor peso demográfico y más desfavorecidas pretenden que se mantengan los mecanismos de nivelación.

Reproches

A la espera de sortear estos problemas, el Gobierno aguantó ayer un chaparrón de críticas, en especial desde Cataluña. Hasta el Partit dels Socialistes de Catalunya arremetió contra Pedro Solbes, al que acusó de no estar por «la búsqueda de un acuerdo».

Esquerra también arremetió contra su actitud porque emplea «una táctica dilatoria» para bloquear la negociación a fin de imponer 'manu militari' el modelo que ha esbozado el Gobierno. Del mismo modo, el secretario general de Iniciativa, Jordi Guillot, tachó de «frustrante» la exposición del vicepresidente.