Concursos a mano armada
CALLE PORVERA Mientras espero la llegada de septiembre, y con él el inicio de un nuevo curso político, la presentación y continuación de proyectos importantes para Jerez y nuevos capítulos de la confrontación verbal entre Gobierno local y oposición -del Xerez casi mejor ni hablar porque parece no tener remedio-, este mes de agosto me ha dado por modificar mis hábitos matutinos. Me levanto algo más temprano que antes y dedico media hora larga a desayunar tranquilamente en el salón de casa con la única compañía de la televisión, mientras mi pareja, de vacaciones, sigue durmiendo.
Actualizado:Pero este cambio de hábitos me da que no está siendo bueno para mi estabilidad emocional. A esa hora, muchos canales emiten concursos engañabobos, cuya única finalidad es sacarle los cuartos al personal. Una pregunta del tipo «¿De qué color era el caballo blanco de Santiago?» o una sopa de letras repleta de nombres de países retan a los televidentes a realizar una llamada para contestar y llevarse 1.000, 2.000 ó 3.000 euros. El truco está en que el premio no se lo lleva el primero que llame y responda correctamente, sino quien consiga «encontrar la línea abierta». Pero, claro, ésta nunca lo está, aunque eso no impide que sangre al pobre iluso que ha marcado el número de teléfono en cuestión-de tarificación adicional, por supuesto-. Quien suscribe quiso comprobarlo ayer y el resultado no pudo ser más contundente: colgué tras tener la llamada «en espera» seis minutos (a 1,20 euros+IVA cada uno).
No entiendo cómo es posible que grandes cadenas nacionales programen concursos de esta calaña. Tampoco que las autoridades lo consientan.