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El número de ingresos por intoxicación etílica se mantiene pese a la ley antibotellón

El Área de Urgencias del Hospital de Jerez atiende una media de siete casos cada noche del fin de semana En los últimos tiempos, cada vez hay más incidencias los jueves y los viernes en lugar de los sábados

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El número de ingresos en el Hospital de Jerez por intoxicaciones etílicas se mantiene estable a pesar de que la ley antibotellón lleva ya más de un año y medio en vigor. Según explican desde el centro sanitario jerezano, el área de Urgencias «atiende una media de entre siete y ocho casos cada noche del fin de semana», una cifra que «no ha aumentado ni disminuido significativamente en los últimos tiempos», a juicio de los especialistas consultados por LA VOZ.

Lo que sí ha cambiado con respecto a otras épocas es el día en que se reciben los casos: «Antes llegaban intoxicaciones los viernes y los sábados mientras que ahora los recibimos, sobre todo, los jueves y los viernes», indican desde el Hospital de Jerez.

El perfil de los atendidos tampoco ha variado en lo sustancial: «Suelen ser jóvenes de entre 15 y veintipocos años que llegan acompañados por amigos de la misma edad», aseguran. Aunque «hubo una época en la que atendíamos a más mujeres que hombres, ahora se han igualado», explica el especialista.

Provincia

La atención a adolescentes y jóvenes en estado de ebriedad se repite en el resto de centros hospitalarios de la provincia. Así, de jueves a sábado llegan al Puerta del Mar de Cádiz entre cinco y seis con síntomas de intoxicaciones etílicas, y algunos ingresan en estado de coma causado por el alcohol, aunque son los menos, según reconocieron fuentes del servicios de Urgencias del centro.

De ellos, sólo uno o dos suelen ser menores, habitualmente de 14 a 16 años, una cifra que se ha reducido en los últimos años, ya que antes se habían llegado a registrar hasta cinco casos de adolescentes en coma etílico. En el caso concreto de Cádiz, las cifras indican un descenso en el número de ingresos por este motivo.

Atención sanitaria

Aún así, el goteo de adolescentes que llegan a las urgencias sanitarias con síntomas de intoxicación por alcohol no cesa y los casos se producen cada fin de semana, aunque son pocas las ocasiones en las que se quedan ingresados.

El tratamiento habitual es aplicarles una inyección de vitamina B12 para reanimarlos y cogerles una vía para ponerles suero. Tras unas horas en observación se avisa a los padres si han sido agentes de Policía o de los servicios de emergencias como el 061 los que realizaron el traslado. En el caso de que lleguen con acompañantes mayores de edad, se marchan sin avisar a los padres para no producir alarma.

La cifra aumenta cuando se trata de fechas señaladas y las vísperas de festivos, señalaron las fuentes consultadas. Los usuarios del botellón son cada vez más jóvenes y entre ellos se ve a simple vista que muchos no han cumplido los 18 años. Así lo manifiestan representantes vecinales de zonas próximas a botellódromos. La movida sigue siendo un problema para los vecinos aunque se acoten las zonas, extremo que precisamente en Jerez se puede certificar prácticamente cada fin de semana, aunque ahora en verano parece que la situación se ha tranquilizado mínimamente en algunos puntos.

La primera copa

«Los menores suelen esconder las botellas cuando ven a los agentes de Policía y luego siguen bebiendo como si nada», asegura uno de esos representantes vecinales. A su juicio hay poco control sobre la edad de los usuarios, que luego siguen la fiesta en las discotecas y continúan consumiendo para rematar la noche.

Los adolescentes empiezan a beber a los 13 años, según el estudio Jóvenes y drogas que publicó recientemente el Servicio Provincial de Drogodependencias de la Diputación de Cádiz. Los cubatas (combinados de licor con refresco) son las bebidas más habituales en la actualidad, sobre todo en fines de semana, y prácticamente las únicas de alta graduación que consumen los jóvenes.

El dato más alarmante es que un 44,3% de los entrevistados para este estudio admitió haberse emborrachado alguna vez, de los que casi el 55% eran mujeres. Pero en los ingresos en el hospital no hay demasiada diferencia de sexos, suelen llegar por igual y con edades parecidas, de entre 14 y 16 años, y en la mayoría de los casos son los propios amigos los que se encargan del traslado centro sanitario, los mismos que en muchas ocasiones han compartido con ellos el ocio nocturno y las correspondientes copas.

En cuanto a los avisos a las autoridades, la situación es parecida, tal como confirman agentes de Policía Nacional que patrullan las zonas de marcha. Fuentes de este cuerpo insisten en que la edad de los jóvenes que beben es cada vez menor, pero aparecen menos incidencias.

Según añaden, la movida se ha reducido bastante en puntos donde antes era más frecuentes. No obstante, la presencia de menores en discotecas y locales de venta de alcohol sigue siendo usual y «no hay el suficiente control de estos establecimientos», critican los agentes consultados por este medio al respecto.

emartos@lavozdigital.es