Rusia, ¿sancionable?
La convocatoria por el presidente Sarkozy de una cumbre extraordinaria de la UE para analizar el conflicto Rusia-Georgia y la conducta rusa al efecto estaba prevista antes de que el martes Moscú anunciara el reconocimiento de Osetia del Sur y Abajasia por dos decretos presidenciales después de que, por unanimidad, las dos cámaras del legislativo ruso lo pidiera. Pero tal reconocimiento hace de la magna e imprevista reunión una sesión crucial y una oportunidad para ver cómo Occidente abordan la cuestión clave de qué hacer con la conducta rusa y cómo responder a la misma.
Actualizado: GuardarMoscú acompañó su reconocimiento de una retórica combativa y desinhibida resumida en un slogan: si los occidentales quieren otra guerra fría, la tendrán, aunque dijo no desearla. Asimismo sugirió la eventual adopción de contramedidas militares frente al próximo despliegue de una parte del escudo anti-misiles norteamericano en Polonia y Chequia y dio por cancelada la próxima visita al país del secretario general de la OTAN.
De todos modos, y puesto en la dificultad de ser el autor del plan de fin de la breve guerra que los dos beligerantes firmaron y que, mal que bien, sirvió para terminarla, el presidente Sarkozy se sabe respaldado por una opinión que le da su confianza sobre cómo manejar la crisis, según las encuestas, pero bajo fuerte presión de Washington y Londres, que han subido el tono y tocan a rebato. El ministro británico de Exteriores, el joven y aguerrido David Miliband, llamó a una coalición internacional contra Rusia y su política, aunque dijo que sería contraproducente aislarla. Washington necesita a Rusia en Irán si quiere obtener el fin del programa nuclear de este país, Europa occidental necesita el petróleo y el gas rusos y, sobre todo, su buena voluntad en Afganistán. Poca gente sabe que más de dos tercios de todos los suministros americanos y de la OTAN para los soldados occidentales allí llegan por tierra o por el espacio aéreo ruso.