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Moscú refuerza su flota en el mar Negro

La tensión entre los barcos de guerra de Rusia y de la OTAN en aguas del mar Negro es cada vez más patente. El crucero ruso Moskvá (Moscú) inició el martes el regreso a su base de Sebastopol, pero, inesperadamente, dio la vuelta y puso proa hacia el puerto abjaso de Sujumi, adonde llegó ayer acompañado de otros barcos de la flotilla de la Marina del Kremlin. La orden fue dada después de que Rusia reconociera el martes la independencia de Osetia del Sur y Abjasia y coincidiendo, según declaró ayer un alto mando del Gobierno de Moscú, «con el aumento de la presencia naval de la OTAN en el mar Negro».

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«La misión de nuestra flota es patrullar la costa de Abjasia para garantizar la paz en la región, declaró el vicealmirante Serguéi Meniailo, comandante en jefe de la base de Novorosiisk. Según sus palabras, la misión cuenta «por ahora con navíos suficientes en la zona y no pensamos aumentar su número, aunque todo depende de la situación concreta en cada momento». Meniailo denunció el aumento de barcos de la Alianza Atlántica en las aguas próximas a Georgia y advirtió de que, por parte rusa, «se están supervisando minuciosamente sus movimientos».

El jefe adjunto del Estado Mayor, el general Anatoli Nogovitsin, que lleva ya días criticando la llegada al mar Negro de navíos de guerra occidentales, habló también de «medidas de vigilancia». Ya la semana pasada, Nogovitsin dijo que no creía que la presencia militar de la OTAN «vaya a contribuir a estabilizar la situación».

Dotados de misiles

El general ruso considera que algunos de los navíos estadounidenses llevan a bordo misiles de crucero y nuevas armas para el Ejército georgiano, acusaciones que desde la Administración Bush han sido calificadas de «ridículas». Nogovitsin cifra en diez el número de embarcaciones de la OTAN en el mar Negro, entre ellas la fragata española Almirante Juan de Borbón, y hay, según él, otras ocho en travesía hacia allí. Sin embargo, la mayor parte de los navíos aliados, según la sede de la Alianza Atlántica en Bruselas, participan en unos ejercicios que ya estaban previstos de antemano en los puertos de Constanza y Varna, en Rumanía y Bulgaria, respectivamente. Las demás embarcaciones transportan ayuda humanitaria a Georgia. Tal es el caso de la fragata estadounidense Dallas, que tenía planeado atracar inicialmente en el puerto georgiano de Poti y cambió de rumbo para anclar ayer en el de Batumi, dársena situada ochenta kilómetros más al sur. La Embajada americana en Tiflis precisó sin más explicaciones que el cambio de planes fue idea del Pentágono. Poti continúa aún bajo control de las tropas rusas.

El Ejecutivo de Ucrania, por su parte, amenaza a Rusia con una subida del arrendamiento de la base de la flota del mar Negro de Sebastopol. Moscú considera «ilegal» cualquier variación de las tarifas recogidas en el acuerdo de 1997, cuya duración se extiende hasta 2017.