DIVERSIÓN. Los niños apuran sus últimas horas en Jerez para disfrutar del verano. / TAMARA SÁNCHEZ
Jerez

Y llegó la despedida

Tras dos meses en Jerez, quince niños bielorrusos regresan a su país después de un verano inolvidable

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Una última jornada en la piscina es una buena forma de despedirse de las vacaciones para Ale, Vika, Vlad y Yana, cuatro de los pequeños bielorrusos que un año más han disfrutado de su estancia en Jerez. Antes de emprender el viaje a su país, los niños quieren aprovechar cada minuto aquí. «Ya sólo nos queda un día», comenta Ale, que es uno de los niños que lleva más tiempo viniendo, mientras que nos pregunta cuándo saldrá el reportaje para llevárselo de recuerdo. Pero no es un adiós, es un hasta luego, porque el año que viene tendrán otra nueva oportunidad de volver aquí, su segundo hogar.

Este proyecto llevado a cabo gracias al esfuerzo de la Asociación Anida de Jerez ha hecho posible un año más que quince niños afectados por la catástrofe de Chernobyl disfruten de un verano sano. Hace dos años que este colectivo es independiente de la central de Córdoba, aunque «llevamos trayendo a los niños cinco años a Jerez», comenta Patricia Vilches, presidenta de Anida, que ha acogido por segundo año a la pequeña Vika.

El objetivo de este saneamiento es otorgar a estos niños de una esperanza y una pequeña mejora de su calidad de vida durante este tiempo. «La idea es traerlos aquí dos meses y les quitamos prácticamente toda la radiación cogida en el año, pues estadísticamente le estamos alargando la vida cinco años más», explica Juan Carlos Trejo, uno de los socios que ha acogido este verano a la pequeña Yana, de 10 años.

El trabajo es duro por la escasez de ayudas con las que cuentan. No obstante, gracias a la labor de Anida y a varias colaboraciones, el proyecto sale adelante cada temporada. Además, la organización de actividades benéficas es otra forma de recaudar fondos. «Este año lo hemos pagado todo nosotros, menos con la ayuda de Algeciras que pagamos los billetes de tren. Así, el número de niños que vienen no aumenta, porque si se le dice a una familia que tiene que pagar 700 euros no se lo traen», explica Patricia Vilches.

Por su parte, los pequeños se muestran contentos con esta iniciativa, «se portan muy bien y son muy disciplinados», comenta María del Carmen Arévalo, que acoge a Vlad, de 11 años. La estancia en Jerez ha resultado muy enriquecedora, según nos explican. «A Vlad le encantan los guisos, sobre todo las papas con carne y también el jamón, hasta se puso a hacer como que tocaba la guitarra con una pata entera», comenta entre risas. Además, las familias biológicas son muy agradecidas por la labor que desempeñan estas personas desde Jerez.

El próximo 1 de septiembre los niños empezarán el colegio, pero sin duda, estarán impacientes de que llegue de nuevo el día de regresar a Jerez. Por ello, desde Anida ya se está trabajando para el próximo programa. Por el momento son 15 las familias acogedoras que otorgan esta oportunidad a niños que lo necesitan y que se sienten satisfechos con su labor. Para todos aquellos que deseen colaborar el teléfono de contacto de Anida es 678723926 y el correo anidajerez@hotmail.com.