JUZGADOS. El hijo de Rodríguez Pueyo, Miguel, se esconde para evitar ser fotografiado. / LA VOZ
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El juez ratifica la prisión sin fianza para Manuel Ibañez, implicado en el rapto de Ávila

La declaración del empresario sevillano había quedado aplazada semanas atrás después de que su anterior abogado renunciara a ejercer su defensa

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El titular del Juzgado de Instrucción número cuatro de Sanlúcar decretó ayer prisión sin fianza para el sevillano Manuel Ibáñez, uno de los nueve detenidos en relación al secuestro del empresario sanluqueño Rafael Ávila Tirado. Este polémico empresario, que tiene varios clubes de alterne, era el único que aún no había prestado declaración en la sede judicial sanluqueña. Esto se debe a que el mismo día que tenía prevista su comparecencia -hace escasas semanas-, junto al supuesto ideólogo del rapto Rodríguez Pueyo, el juzgado recibía vía fax un escrito del abogado defensor, comunicando su renuncia a ejercer la representación letrada de Ibáñez. Esto obligó a posponer su interrogatorio.

La comparecencia aplazada se produjo ayer y al término de ésta, el juez ratificó el auto de prisión incondicional para el empresario, quien seguirá recluido en Puerto III. De esta forma, la autoridad judicial desestimó la petición de la defensa de modificar las medidas cautelares que pesan sobre Ibáñez, al que le imputan detención ilegal y trato denigrante.

De las nueve personas detenidas tras el rescate de Rafael Ávila, ocho de ellas fueron enviadas a prisión, mientras que la mujer de Rodríguez Pueyo fue la única que fue puesta en libertad con cargos. Todas las defensas recurrieron los autos de prisión, pero sólo prosperó el recurso de Vanesa Hidalgo, ex pareja de uno de los hijos del presunto cabecilla: Miguel Rodríguez Souza. Esta imputada salió el pasado día 12 en libertad bajo una fianza de 3.000 euros después de que el fiscal también solicitara este cambio de medidas.

En su última declaración antes de salir de la cárcel, la joven reconoció que llevó en coche a su ex pareja hasta una cabina telefónica de Madrid donde se realizó una llamada a la familia del secuestrado, aunque aseguró desconocer el contenido ni el motivo de dicha llamada. También aseguró que había oído al padre de su hija que tenía previsto cometer un suculento golpe que consistía en un secuestro, pero que no sabía ni quién era la víctima.

La Policía Nacional considera el rapto del empresario Rafael Avila como el secuestro económico de mayor duración de los investigados en España y en el que la víctima permanecía en peores condiciones. El pasado 2 de junio, Rafael Avila se dirigía a recoger su vehículo al salir de su trabajo cuando fue asaltado por al menos tres personas. Una de ellas le agarró por la espalda y le obligó a introducirse en una furgoneta blanca.

A medida que avanzaban las investigaciones, las pruebas obtenidas afianzaban la posibilidad de que se encontrarse retenido en las proximidades de Almonte. Diversos indicios apuntaban a que pudiera estar en un chalet de esta localidad, que fue asaltado en la madrugada del 18 de junio. Fecha en la que fue liberando el empresario.

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