Desafío ruso
Las apenas 24 horas que ha tardado Dmitri Medvedev en aceptar la petición de la Duma y el Senado para que reconociera como Estados soberanos a las separatistas Osetia del Sur y Abjazia simbolizan la determinación del Gobierno de Moscú de transformar el conflicto bélico que le enfrentó a Georgia en la palanca para desafiar a las potencias occidentales, que asisten impotentes al resurgir del expansionismo ruso. La admisión de la independencia de las dos provincias constituye en estos momentos un desaire difícilmente aceptable para la OTAN, la Unión Europea y la ONU no sólo porque contraviene la integridad territorial de un candidato a incorporarse a la Alianza como Georgia, sino porque supone la culminación de lo que los acuerdos de paz planteaban como una negociación a futuro; esto es, la apertura del debate sobre el encaje de las rusófilas Osetia del Sur y Abjazia. La retadora decisión del Kremlin implica la vulneración de ese pacto. Pero también refleja el error que cometió la UE al impulsar un armisticio bienintencionado que daba pie a que Rusia lo interpretara como la recompensa para poner fin al desproporcionado ataque contra su ex república.
Actualizado: GuardarLa aleccionadora prepotencia con que se está conduciendo Rusia ha acabado cuestionando la sinceridad de sus argumentos contrarios al precedente de la secesión de Kosovo y desvirtuando las razones que podían asistirle para oponerse a aquella declaración unilateral de independencia. La utilización de esas mismas contradicciones no hace más que subrayar las de la propia Rusia, que aplastó la insurgencia chechena y que, si bien defendió en su día la soberanía única de Serbia, ahora acaba de quebrar la de Georgia. Es inevitable sospechar que Rusia ha encontrado en Kosovo y Georgia los pretextos que estaba buscando para remarcar su regreso a la primera línea de la política internacional. El inquietante interrogante que se abre ahora es si su belicosa actitud se dará por satisfecha o sólo constituye la evidencia inicial de un plan más profundo para tratar de regresar a un mundo bipolar.