Hillary Clinton acude al rescate y allana el camino de Barack Obama Fallido plan para asesinar a Obama
La ex primera dama alienta a sus seguidores a votar a su antiguo rival
Actualizado: GuardarAyer Hillary Clinton tomó el podium de la convención del Partido Demócrata y sus seguidores los parques de Denver. Eran hordas de feministas aguerridas, de leales defendiendo el honor de su reina y de delegados políticos que se niegan a votar por Barack Obama para la nominación del partido, al menos en la primera votación de mañana. Horas antes la ex primera dama se reunió con sus delegados por primera vez desde que renunciase a la presidencia y les liberó de su obligación moral de apoyarla, comunicándoles que ella misma piensa votar por su antiguo rival.
La convocatoria al pie del Capitolio de Denver fue secundada por grupos como Women Count (Las Mujeres Cuentan) o Women Vote (Las Mujeres Votan), pero también por grupos cuyo acrónimo lo dice todo: PUMA, que responde a Party Unity My Ass, que se puede traducir como «Que le den por culo a la Unidad del Partido».
«Lo que el partido nos está diciendo es que nos la comamos, y lo que nosotros le estamos diciendo es que ¿de ninguna manera!», anunció Diane Mantouvalos, del grupo www.justsaynodeal.com. «Siempre nos queda la esperanza remota de que si votamos por ella abrumadoramente los superdelgados recuperen el sentido comun y nos secunden. Si no lo hacen, se arrepentirán en noviembre».
Soñar no cuesta, pero hay sueños que ya han muerto para los hillarianos. El senador Joe Biden llegó el lunes por la tarde al pabellón de la convención, aclamado como el nuevo vicepresidente de Obama, un cargo que los seguidores de Clinton reclamaban para ella por derecho moral. El website Político aseguraba que fue la prepotencia del equipo de la senadora lo que la eliminó de la selección, ya que se negaron a proporcionar miles de documentos personales sobre impuestos, fortuna, episodios políticos y hasta perfiles psicológicos que tuvieron que entregar todos los que fueron considerados en el escrutinio más intenso que se recuerda.
Muchos creen que la derrota de Obama en noviembre sería la mejor oportunidad de Clinton para lograr la presidencia en las próximas elecciones. Así demostraría que tenía razón cuando dijo que elegirle candidato equivalía a entregar la victoria al republicano McCain.
Pero «incluso si reza cada noche antes de acostarse para que Obama pierda en noviembre, Clinton necesita que se la vea cien por cien a bordo del barco de Obama, apoyándole con entusiasmo», advertía el columnista Charlie Cook, que compara a sus aguerridos seguidores con «los testarudos confederados del sur que se niegan a reconocer que la Guerra Civil se acabó».
Clinton parece haber encontrado la fórmula de apoyar la candidatura de Obama sin necesidad de alabarle como un buen comandante en jefe. Su nueva causa es detener el avance de John McCain. «Sé que el senador McCain tiene una vida de experiencia que traer a la Casa Blanca, mientras que el senador Obama tiene un discurso que dio en 2002», dice Clinton en cámara. Esos 30 segundos bombardeaban ayer la cobertura de la Convención Demócrata en Colorado, uno de los estados clave que Obama pretende ganar.
A la senadora no le quedó más remedio que ir a la defensiva y centrar su mensaje en rebatir la estrategia republicana. «Elegir a John McCain como presidente sería un error para este país, y cualquiera que haya votado por mí tiene más en común con Barack Obama que con John McCain», advirtió ayer con contundencia. La alerta saltó ayer entre los asistentes a la Convención de Denver cuando las autoridades detuvieron a tres personas por formar parte de un supuesto complot para asesinar al candidato demócrata, Barack Obama. Por el momento, los sospechosos están detenidos acusados de posesión de armas de fuego y drogas. Sin embargo, las primeras investigaciones apuntan a que su objetivo era atentar contra el senador el próximo jueves, durante su discurso para aceptar la nominación de su partido en la pelea por la presidencia de EE UU.
Una portavoz del Departamento de Policía de Denver aseguró que se está llevando a cabo una «agresiva» investigación en la que participan los servicios secretos, el FBI y una fuerza antiterrorista para esclarecer lo ocurrido.
Los responsables de la campaña han evitado hacer declaraciones.